Capitulo 70

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  _____ estaba aturdida con la noticia.

- ¿Y qué pasa con el rancho? ¿Y tus padres?

- Han contratado a otra persona para hacer mi trabajo. Decirles que necesitaba vivir por mi cuenta no fue nada fácil, pero fue lo correcto. Se lo debería haber dicho antes, pero supongo que tú me marcaste el camino.

- ¡Estoy impresionada!

A Justin se le nubló la mirada.

- Mira, esto no te obliga a nada. No te estoy pidiendo que cambies tu vida sólo porque yo haya decidido venir aquí. Quiero decir que... desde luego que me encantará verte y todo eso, pero...

- ¿Y qué quieres decir exactamente con "todo eso"?

_____ agitó las caderas contra su túnica y sintió su instantánea respuesta

Él gimió con suavidad.

- ¿Esto?

- _____, yo...

- ¿Y esto?

Le apartó la tela de la túnica y frotó el sujetador de pedrería contra su torso desnudo.

- ¿Y esto?

- Me vuelves loco, _____. Te he echado tanto de menos, que apenas podía pensar con cordura.

Ella apretó el cuerpo contra él.

- Si no podías pensar con cordura, entonces quizá no recuerdes lo que me dijiste cuando hicimos el amor la última vez.

- ¡Por supuesto que lo recuerdo!

_____ hizo acopio de valor y continuó.

- Necesito saber si era algo que dijiste en el calor de la pasión o significaba más que eso.

Él la apretó con más fuerza.

- Quieres todas las cartas sobre la mesa ¿verdad?

- Sí.

- Entonces, quítate ese maldito velo.

_____ se lo desabrochó al instante y lo tiró en la silla más cercana.

Justin bajó la mirada hacia ella y su expresión se estremeció al recorrer su cara. Entonces, se metió la mano dentro de la túnica y se sacó el colgante de perla.

- Creo que ya es hora de que te vuelvas a poner esto.

A _____ se le aceleró el corazón ante el sentido de aquel gesto y tembló cuando Justin le abrochó el cierre de la cadena y la perla cayó entre sus senos.

- De acuerdo. Pensaba ir más despacio, pero si lo quieres todo de golpe, allá va. Te quiero. Quizá siempre hubiera sabido que eras mi compañera a un nivel inconsciente, pero había muchas cosas que se interponían entre nosotros. Voy a casarme contigo algún día, _____, cuando estés preparada. Comprendo que puedes tardar un buen tiempo, pero...

- Estoy preparada.

- Estoy dispuesto a esperar hasta que hayas experimentado todo lo que...

Justin se detuvo asimilando en ese momento la respuesta de ella. La miró a los ojos como para cerciorarse y ella asintió.

- ¡Oh, Dios! -su boca descendió sobre la de ella y la besó hasta que los dos se quedaron sin aliento-. ¿Estás segura? Quiero decir que acabas de empezar esta nueva vida y quizá quieras seguir soltera un par de años para...

- ¿Para qué? No se me ocurre nada más excitante que vivir contigo como tu mujer. Creo que eso lo he sabido desde que tenía tres años. Te quiero, Justin, con desesperación, por completo y para siempre.
Su sonrisa se hizo más tierna.

- ¿Me lo juras por la tumba de Tutankamón?

- Desde luego. Y ahora déjame darte una información vital. El dormitorio está al otro lado de esa puerta a tu derecha. ¿Crees que podríamos entrar ahí y hacer el amor de forma loca y apasionada durante las próximas diez horas? Me siento muy abandonada.

Él sonrió y la alzó en brazos.

- ¿Sólo diez horas?

- Para empezar.

Justin la besó en los labios con suavidad.

- ¿Tienes hielo? -murmuró.


CONTINUARA...  

Mi Dulce Tentación - (Justin Biber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora