Capitulo 51

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  - No tanto como el tuyo -dijo él-. Dedicándote todo el día a bañarte mientras yo me he partido el trasero arreglando una valla.

Kimberly asomó por detrás de la espalda de _____ para mirar a Justin y se rió.
- No tienes el trasero roto, tío Justin.

Eso seguro, pensó _____ al recordar los magníficos músculos y la forma en que se tensaban cuando... Territorio peligroso, pensó. Acabaría sonrojándose y eso era algo que nunca hacía en presencia de Justin. Se puso a la fila del mostrador detrás de Cindy y Joe, y Justin se acercó detrás de ella, su presencia tan evidente como si la estuviera tocando.

Kimberly miró a Justin por detrás de _____.

- Cuando sea mayor, voy a casarme contigo.

- Eso me convierte en un hombre afortunado.

_____ se estremeció al imaginarse aquellas palabras en otro contexto diferente al de una niña pequeña.

- Eso si no me caso con Buddy, de mi escuela del domingo -añadió la niña con solemnidad- Siempre está intentando besarme.

_____ se rió y bromeó con seriedad.

- ¡Eh, pequeña rompecorazones! No puedes declararte a un chico y al minuto siguiente anunciarle que vas a casarte con otro. Tienes que tomar una decisión.

- Entonces prefiero al tío Justin.

- Gracias, Kimmy. ¿Puedo darte un beso?

- Claro. Tú no babeas como Buddy.

- Eso intento -Justin se inclinó hacia adelante y la besó-. Ya está, ya es oficial.

Estaban de broma, se dijo _____, así que no tenía sentido aquella opresión que sentía en el pecho ante la idea de que, algún día, Justin se prometería de verdad. Y sin duda, la invitaría a la boda, porque después de todo, eran amigos íntimos.

_____ posó a Kimberly en el suelo y le pasó su helado de chocolate antes de agarrar el suyo.

- Gracias, Evie.

Cuando la niña se fue a la mesa donde estaban todos los demás, _____ se dio la vuelta hacia Justin, que estaba más tentador que cualquier helado de chocolate. Sus cuñadas estaban muy ocupadas en charlar y evitar que los niños cometieran algún desastre, así que no les prestarían ninguna atención.

_____ sintió unas repentinas ganas de hacer una diablura y le dirigió una mirada lánguida a Justin.
- Aunque me encantaría aprovecharme de ti, éste es mi favorito.

Entonces pasó la lengua por el borde del cucurucho.

Justin la miró con sorpresa.

- Así, si lames la parte de arriba, puedes sorber todo el helado -dijo, demostrando su técnica sin dejar de mirar a Justin.

Él siguió mirándola, agarrado al mostrador con tanta fuerza, que los nudillos se le pusieron blancos.

- ¿Señor Bieber? ¿Sabe ya lo que va a tomar?

Justin no apartó la mirada de _____.

- Ah, sí. Lo mismo que ella.

- Ya va.

- No puedo creer que estés haciendo esto -susurró.

- ¿Comer un helado? -sonrió con inocencia-. Eso es lo que hace todo el mundo en el Creamy Cone.

- Pero no de esa manera.

- Exactamente de esta manera. He comido millones de helados así.

- Pero no justo después de...

_____ bajó la mirada a la altura de su cintura y se sintió halagada por el ligero bulto.

- No sé de qué estás hablando.


CONTINUARA...  

Mi Dulce Tentación - (Justin Biber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora