Completamente saciado después de un plato de pollo y ensalada de patata, Justin se echó en la manta de campaña, cerró los ojos y suspiró de felicidad. Atrás había quedado Nueva York, el tráfico, los martillos neumáticos y los aeroplanos. Sólo el murmullo del río, el trino de los pájaros y el susurro de la brisa entre los árboles.
Había visitado muchos ríos y playas durante el año anterior, pero reconocería aquella arena caliente y el aroma a musgo de su rincón secreto con los ojos cerrados. La brisa lo envolvía como una caricia. ¡Cómo adoraba las noches de verano en Arizona!
Algo le picó en la nariz y se movió. Como el picor prosiguió, abrió un ojo.
_____ estaba inclinada sobre él con una pluma en la mano. Al inclinarse, la blusa se le abrió tentadora. Quitándole la pluma de las manos, la deslizó por dentro de su blusa antes de abarcarle los senos con las dos manos.
- Ya parecen más llenos.
- Será tu imaginación. Apenas estoy de tres meses.
- Nunca olvidaré la cara de nuestros padres cuando se lo contamos.
Justin ya podía ver el deseo brillar en sus ojos mientras continuaba jugueteando con la pluma entre sus senos.
- Creo que les hizo más felices lo del bebé que el que les contáramos que volvíamos para quedarnos a vivir aquí.
- Yo también estoy muy contento con lo del bebé. ¿Algún arrepentimiento por haber dejado la gran ciudad?
- Sólo que nunca lo hicimos en lo alto del Empire State.
- Tendremos que volver para hacerlo entonces.
Ella sacudió la cabeza.
- No, no hace falta. Hacer el amor contigo durante el resto de mi vida es toda la aventura que yo necesito.
- ¿Lo dices en serio?
- Absolutamente.
- Entonces, quítate esa blusa -murmuró él.
La imagen de _____ desabrochándose los botones era una de las mejores alegrías de su vida.
Ella obedeció y tiró la prenda a un lado antes de mirarlo con gesto interrogante.
- Sigue.
Su erección apretó contra los pantalones cuando se desabrochó el cierre delantero del sujetador. Al momento siguiente, sus senos quedaron a la vista con los pezones ya duros. Justin le pasó la pluma por ellos de todas formas adorando la expresión de deseo de sus ojos y la rendición de su suspiro.
Su voz se hizo más ronca.
- Échate.
_____ se movió sobre él y Justin se llenó las manos con el peso de sus senos.
Mientras se abandonaba al festín, ella consiguió quitarse los pantalones cortos, abrirle el vaquero y liberar su miembro. Justin gimió de placer cuando ella se deslizó sobre su rígida virilidad. ¡Qué milagroso hacer el amor de aquella manera, sin barreras! Soltando sus senos, la hizo bajar la cabeza para un largo y satisfactorio beso.
_____ se apartó y lo miró a los ojos antes de empezar un lento ritmo sensual.- Te quiero, Justin.
- Y yo también te quiero -sobre ellos, las hojas dejaban filtrara la luz del atardecer. El paraíso no podía ser mejor que aquello-. Te quiero más que a mi vida.
Justin estaba a punto del límite y, por la respiración laboriosa de _____, ella no estaba muy lejos tampoco.
- Espera -dijo ella jadeante-. Acabo de acordarme.
A Justin no le funcionaba el cerebro.
- ¿Acordarte de qué?
- Espera un segundo.
_____ estiró la mano hacia la pequeña nevera al borde de la manta.
Justin cerró los ojos a punto del límite.
- No sé si podré. No, _____, creo que no puedo aguantar...
Algo frío rozó una parte crítica de su anatomía y explotó en un torrente de sensaciones que lo hizo bramar y gritar de éxtasis desde lo más hondo de la garganta.
Por fin se quedó inmóvil, saciado y tembloroso, mientras que _____ derramaba un reguero de besos por su cara.
- ¿Qué fue eso?
Ella contestó con picardía:
- Hielo...
FIN...
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Mi Dulce Tentación - (Justin Biber y Tú)
Ficção AdolescenteA _____ Lambert le resultaba muy embarazoso seguir siendo virgen. Pero haberse criado en un pueblo pequeño con cuatro corpulentos hermanos protectores... era como haber llevado un cinturón de castidad. Había leído montones de libros sobre sexo, pero...