Capitulo 63

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  - Tienes razón. Pero no creo que pueda hacerlo. Toda su vida me ha hablado de dejar este pequeño pueblo detrás y experimentar la excitación de vivir en una gran ciudad. Siempre me culparía por no haber realizado su sueño.

Él lo sabía muy bien. A pesar de lo mucho que quería a sus padres, no conseguía borrar cierto resentimiento cuando pensaba en cómo lo habían atrapado en el rancho.

- Maldición. Tienes algo de razón -Rhino miró al suelo-. Odio esto. Si fueras otro tipo, lo pasaría de maravilla rompiéndote la cara.

- Hazlo.

- No podemos pegarte, Justin -intervino Tim-. No, después de haber dicho que lo sientes y que te casarías con ella si supieras que saldría bien.

- Quizá saliera bien -intervino Dozer-. Quizá después de una temporada se olvidara de ese sueño de la gran ciudad. Es como el sofá que quería Cindy, pensaba que se moriría si no lo compraba, pero no podíamos permitirnoslo. Entonces, se quedó embarazada y se olvidó del maldito sofá.

La sonrisa de Justin fue triste.

- Me gustaría que tuvieras razón, Dozer, pero he oído a _____ hablar de esto durante años. Vosotros tenéis reconocimiento con vuestro fútbol y ella se siente ensombrecida la mayor parte del tiempo.

- ¿Esa idea ha sido por nosotros?

- De alguna manera sí. Como nadie de su familia había hecho una cosa remotamente parecida, eso le traería el respeto de los demás. Creo que necesita irse.

- No puedo creer que esté celosa de nosotros, cuando ella ha sido la más inteligente y ha sacado siempre sobresalientes.

- Pero sacar un sobresaliente no hace que salga tu foto en los periódicos como cuando ganas un partido de fútbol. Ella está muy orgullosa de todos vosotros, pero quiere su granito de fama. Eso es todo.

Rhino se frotó la mandíbula.

- Pareces conocerla muy bien.

Hammer se aclaró la garganta.

- Un poco demasiado bien, si quieres mi opinión. ¿Por qué no le dijiste que no, Justin?

- Debería haberlo hecho. Dios sabe que debería. Pero ella parecía tan resuelta a conseguirlo... Y estaba pensando en Donny Beauford.

- ¡Dios salve a América! -exclamó Hammer-. ¿Beauford?

- Desde luego yo prefiero diez veces antes a Justin que a Beauford -comentó Tim-. Mejor dicho, cien veces. Supongo que antes o después lo haría con alguien.

- Eso ya lo sabíamos -declaró Rhino- pero queríamos estar seguros de que fuera el tipo adecuado.

- Yo me he estado preguntando algo -dijo Justin con intriga-. ¿Cómo pensabais vigilarla cuando estuviera en Nueva York?

Rhino sonrió.

- Nos hemos hecho una fotografía especial que pensábamos regalarle de despedida. Hicimos que el fotógrafo se arrodillara y alzara la cámara, así que se nos ve enormes.

- Íbamos a pedirle que la colocara en la mesilla para que recordara a su familia -explicó Dozer-. Cualquier tipo que la viera podría pensárselo dos veces, sobre todo si le hacíamos alguna visita sorpresa de vez en cuando.

Justin sacudió la cabeza.

- Sorprendente.

- Está claro que no tendríamos que habernos molestado tanto -meditó Rhino- Si miramos la parte positiva de este desastre, puede que Justin nos haya hecho un favor.

Hammer miró con furia a Justin.

- Eso no me lo creo.

- Piénsalo -prosiguió Rhino-. Ya sabes cómo es _____ cuando se lanza a por algo o alguien. Como un pequeño buldog. Si está enamorada de Justin, no se interesará por ninguno de esos buitres de ciudad.

Justin pensó que era de lo mejor que había escuchado en toda la noche aunque no cambiara el hecho de que _____ fuera a irse y su vida quedaría vacía. Así que, si quería conservar la cordura, tendría que empezar a imaginarse la vida sin _____.


CONTINUARA...  

Mi Dulce Tentación - (Justin Biber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora