- ¿Estas loca? -.Justin se puso de pie con tal brusquedad, que empujó sin querer a _____. Lo único peor que imaginarse a sí mismo involucrado en aquella sucia idea era imaginarse a _____ con otro tipo-. Lo siento.
Se inclinó para darle la mano y ayudarla. En cuanto estuvo de pie, le soltó la mano aprisa y ella se sacudió la parte trasera de los pantalones.- Justin, por favor. No puedo ser virgen toda la vida.
- ¿Por qué no?
Sabía que no estaba siendo razonable, pero no podía evitarlo. Y maldita fuera, ahora se había sorprendido mirándola sacudirse el trasero y pensando en que era muy bonito. Maldición.
Ella suspiró y bajó la cabeza.
- ¡Confiaba tanto en tu ayuda!
- Oh, Dios -no sólo estaba teniendo pensamientos inapropiados acerca de ella, sino que ahora sentía que la estaba abandonando-. _____, sabes que haría cualquier cosa del mundo por ti, pero no creo que esto funcione.
Ella alzó la cabeza con la esperanza brillando en sus ojos grises y Justin dio un paso atrás.
- No me mires de esa manera.
- Así es como lo haremos. Nos estrujaremos el cerebro con las posibilidades y sacaremos una lista reducida. Entonces tú podrás enterarte si los chicos están saliendo con alguien porque no quiero romper ningún...
- ¡Uau! -el pánico le asaltó-. Nunca he dicho que lo haría.
- Has dicho que harías cualquier cosa por mí.
- ¡Cualquier cosa menos buscarte un amante! -sólo pronunciarlo le daba escalofríos. Había hecho tantos esfuerzos por no pensar en _____ nunca de forma sexual... Y ahora habían caído todas las barreras. Por primera vez, se fijó en cómo la camiseta se tensaba contra sus senos y en la incitante curva de sus caderas-. Creo que eso es un poco más de lo que una persona razonable podría esperar, ¿no te parece?
- ¡Es perfectamente razonable! ¿Por qué iba a buscar por mi cuenta para acabar con algún torpe lerdo que haga que mi primera experiencia sea una pesadilla cuando puedo confiar en tu consejo y pasar una buen momento?
Justin no podía pensar mientras tenía la imagen de _____ pasando «un buen momento».
- ¿Lo ves? -esbozó la sonrisa de superioridad que siempre ponía cuando ganaba algún juego-. Tienes que admitir que tiene sentido.
- No tengo que admitir nada. ¿Por qué no te ayuda una de tus amigas? Pensé que las mujeres hablabais de los chicos todo el tiempo.
- Sí, pero tú eres mejor fuente de información -se metió las manos en los bolsillos-. Tú has salido con más chicos que nadie a quien yo conozca. Sabes lo que las mujeres dicen de un chico y has tenido la oportunidad de conocerlos en persona y saber cómo son. Y además, no confío en nadie tanto como en ti.
Justin tragó saliva. No sabía cómo negarse. Y le gustaría que no siguiera así de pie, con las manos en las caderas y el pecho alzado hacia adelante. No le gustaba. De acuerdo, le gustaba demasiado.
- Justin.
_____ se adelantó y posó la mano en su brazo.
Él intentó no dar un respingo. Ella le había tocado un millón de veces y nunca había significado nada. Hasta ese momento.
- Escucha, Justin. Tú me sacaste el primer diente, ¿recuerdas?
- Es un caso diferente.
- Y me enseñaste a conducir. Y me diste mi primer trago de whisky.
- Me lo suplicaste y después vomitaste.
- Y tú me sujetaste la cabeza. Verás en todos esos momentos importantes de mi vida, tú estabas allí para guiarme.
- Esto es diferente.
- No, si dejas de ser tan puritano.
- Yo no soy...
- ¿Qué te parece Donny?
- ¿Donny Beauford? -lanzó un bufido desdeñoso-. No puedes hablar en serio.
- ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo Donny?
Justin no podía explicarlo exactamente, sólo que cuando pensaba en Donny en un abrazo íntimo con _____, la piel se le erizaba. Miró hacia el sicómoro antes de mirarla a ella.
CONTINUARA...
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Mi Dulce Tentación - (Justin Biber y Tú)
Ficção AdolescenteA _____ Lambert le resultaba muy embarazoso seguir siendo virgen. Pero haberse criado en un pueblo pequeño con cuatro corpulentos hermanos protectores... era como haber llevado un cinturón de castidad. Había leído montones de libros sobre sexo, pero...