Cada rincón del departamento estaba lleno de un ritmo musical suave. Era víspera de Navidad, y como la mayoría de las personas en esa fecha, Roger estaba en la cocina dando el toque final al postre que había preparado con tanto esmero: Una deliciosa tarta de tres chocolates.
¿Por qué de chocolate? Porque sabía que era el sabor favorito de Brian y esa era una forma de agradecerle todo lo que había hecho por él en los últimos días.
Todo estaba listo. Con sumo cuidado lo metió a la nevera y se quitó el mandil que había usado para evitar mancharse de leche y harina. Aún faltaban un par de horas para acudir a la cena en casa de Brian, pero aún así quería estar listo lo antes posible para poder trasladarse con calma.
No sabía por qué se sentía nervioso de acudir a la reunión después de los diversos encuentros que ya habían tenido, mas no quería siquiera pensar que ese sentimiento se debía a que comenzaba a interesarse en Brian. Admitía que era un chico muy apuesto e inteligente, pero no podía involucrarse más de lo que ya estaba.
Él era un prostituto y Brian un chico con clase. Eso lo decía todo.
Soltando un profundo suspiro, salió de la cocina y caminó rumbo al baño para darse una ducha. Se sentía cansado, solo esperaba que el agua caliente lo hiciera sentirse mejor. Cuando estuvo dentro y abrió la llave del agua caliente, comenzó a desvestirse sin prisas hasta quedar completamente desnudo. El baño no tardó en llenarse de vapor. Poco a poco se metió bajo el chorro de agua y acomodó la temperatura a su gusto con ayuda de la llave de agua fría.
La sensación era tan agradable que cerró los ojos por un momento y se dedicó a disfrutar de las maravillas que el agua caliente hacía sobre su cuerpo. Estuvo así durante varios minutos hasta que creyó que había sido suficiente y luego tomó un poco de shampoo para lavarse el cabello. Pasó un buen rato así, masajeando su cuero cabelludo, hasta que llegó el turno de lavarse el resto del cuerpo.
Cómo último paso, nuevamente se puso bajo el chorro de agua y dejó que toda la espuma recorriera su cuerpo hasta perderse en la coladera. Cuando estuvo listo, cerró ambas llaves de agua y salió del baño no sin antes enredar una toalla en su cintura para evitar mojar el piso de su habitación.
Secó su cuerpo con ímpetu, se colocó la ropa interior y buscó la ropa que había elegido un día antes para usar: unos vaqueros oscuros, una polera azul con estampados discretos y una chaqueta café. No había querido lucir muy formal ya que era una simple reunión con Brian, pero se veía bien.
Finalmente cepilló con cuidado su cabello, aplicó un poco de perfume sobre su cuello y salió de la habitación. Cómo aún era temprano, se sentó en el sofá a ver un poco de televisión.
—Maldición... —masculló al ver que no había nada interesante.
Estuvo así un buen rato, cambiando cada minuto de canal porque ninguno lo convencía hasta unos golpes provenientes de la puerta llamaron su atención. Extrañado, apagó el televisor y se levantó del sofá para ir a atender.
—¿Quién es? —preguntó con un tono de voz medio alto, pero al no recibir respuesta alguna, se animó a abrir la puerta. De inmediato, el rostro sonriente de Neil apareció frente a él.
—Hola, bonito.
Roger frunció el ceño y permaneció quieto en la puerta, dándole a entender que no pensaba invitarlo a pasar.
—¿Qué haces aquí, Neil?
El hombre soltó una risita y del bolsillo de su pantalón sacó una cajetilla de cigarrillos.
—¿Quieres? —preguntó. Al ver que Roger negaba con la cabeza, se alzó de hombros y se metió un cigarrillo a la boca.
—¿Qué haces aquí? —repitió Roger, mirándolo con molestia.

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Sirio [Maylor]
Fanfiction"Sirio es la estrella más grande y brillante del universo, ¿lo sabías?" Brian es universitario. Roger se busca la vida en las calles. No se conocen, pero la vida de ambos cambia para siempre gracias a una visita a Witchapel Road. [Maylor]. AU. Publ...