—¿Seguro que no quieres venir? —le preguntó Lilian Deacon a su hijo mientras arrastraba una maleta a lo largo del recibidor—. El taxi nos está esperando afuera, pero puedo decirle que aguarde unos minutos más.
—Estoy seguro, mamá —respondió John con una sonrisa para tranquilizarla—. Solo es un fin de semana, estaré bien.
—La última vez que te quedaste solo destruiste el auto.
John se giró para mirar a su padre y apretó los labios, pues al parecer aún no lo perdonaba del todo.
—No volverá a pasar... lo juro.
—Eres un buen chico, John, pero no puedo dejarte las llaves del auto.
Arthur caminó hacia la mesa donde solían dejar las llaves y las tomó.
—Papá... —John caminó detrás de él y lo miró suplicante—. No es necesario que te lleves las llaves. Por favor, confía en mí.
—Lo siento, hijo.
Arthur se guardó las llaves en el bolsillo trasero de su pantalón y se volvió para mirar a su esposa.
—¿Ya está todo listo?
—¡Espérenme! ¡Falto yo!
Julie bajó corriendo las escaleras con una mochila en la espalda y se paró a un lado de su hermano.
—Muy bien, iré subiendo las cosas al taxi. Ya es un poco tarde y no quiero que vayamos a perder el tren. Lilian, ¿me ayudas, por favor?
La mujer asintió y salió detrás de su esposo, dejando a sus hijos solos en el recibidor.
—¿Es cierto que no puedes venir con nosotros por tareas de la universidad?
John dejó de mirar a sus padres y le prestó atención a su hermana menor.
—Sí... En verdad me hubiera gustado mucho visitar a los abuelos, pero en esta ocasión no puedo —mintió, ya que la verdadera razón por la que había decidido quedarse en casa era para continuar con sus escapadas nocturnas.
—¿Seguro?
—Sí.
—Comprendo... —Julie desvió la mirada y respiró hondo, cosa que no pasó desapercibida por John.
—¿Pasa algo?
—Es que... —Julie se sorbió la nariz, levantó los ojos y los clavó en el rostro de su hermano. Estaba llorando.— Te voy a extrañar mucho.
John sintió una punzada en el pecho al verla en ese estado y rápidamente la envolvió en un cálido abrazo.
—Yo también te voy a extrañar mucho —repuso, mientras Julie enterraba el rostro en su pecho—. Ya verás que estos tres días se pasarán muy rápido. Cuando menos te lo esperes, estarás de vuelta con un montón de regalos que los abuelos te habrán dado durante la visita. Anda, ya no llores...
Julie asintió en silencio y poco a poco deshizo el abrazo para poder limpiarse las lágrimas con la manga de su suéter bordado.
—Prométeme que ya no te irás por las noches, ¿sí? No me gusta que lo hagas.
—Julie...
—Es peligroso andar por las calles a esas horas. No sé lo que hagas, pero debes detenerte. Si papá y mamá llegan a saberlo...
—Pero ellos no lo harán —la interrumpió John, mirando de reojo hacia la puerta para verificar que sus padres no estuvieran cerca—. ¿Verdad?
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Sirio [Maylor]
Fiksi Penggemar"Sirio es la estrella más grande y brillante del universo, ¿lo sabías?" Brian es universitario. Roger se busca la vida en las calles. No se conocen, pero la vida de ambos cambia para siempre gracias a una visita a Witchapel Road. [Maylor]. AU. Publ...