1. Dudas

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Lena

Siempre caminaba a la misma hora todos los días pero este día era diferente, estábamos en invierno pero lo raro fue que comenzó a llover, ¿Llover en invierno? Si, raro.

Eran casi las 9:00 de la noche, la gente corría para salvarse del agua, como si nunca hubieran sido tocadas por el agua, yo simplemente caminaba a paso lento siempre disfrutaba de la lluvia pero esta lluvia es rara no es como las de siempre cuando está en temporada.

La gente seguía corriendo como si el agua de la lluvia les causara algún tipo de daño en sus cuerpos.

Faltaban como dos calles para llegar a mi casa, Aitana mi hermana mayor me mandó un mensaje diciendo que ya estaba en casa y que la cena estaba lista, traté de apresurar el paso pero un auto que iba a exceso de velocidad hace que me detenga. ¡Por un carajo! ¿Acaso la gente de Cincinnati no sabe manejar?.

Cuando llego a casa y abro la puerta, miro a Aitana sentada en el sillón mirando la televisión, al parecer ella nota mi presencia y voltea hacia donde yo estoy, ella se para del sillón y me da un abrazo al cual yo le correspondo.

Quito mi abrigo y lo cuelgo en el perchero que está en la entrada, Aitana se dirige a la cocina y después de unos segundos sale con dos platos de spaghetti y los pone sobre la mesa.

Cuando estoy apunto de sentarme ella me interrumpe diciéndome:

—¿No crees que deberías irte a cambiar primero?—dice ella sentándose donde iba a ser mi lugar—Vienes empapada, puedes provocarte algún resfriado Lena.—Joder tenía razón.

—Esta bien, no tardo—ella asiente y yo me dirigí hacia las escaleras, la ropa mojada hacía que las prendas fueran más pesadas.

Entré a mi habitación y por alguna razón la rosa roja que tenía en el florero de mi buró estaba totalmente negra, se me hizo muy raro ya que apenas ayer la traje no le quise tomar mucha importancia así que solo la tomé y la tiré en el bote de basura que estaba en el baño.

Después de que me cambio bajo para donde está Aitana, ella sigue sentada mirando atenta a su celular, parece que algo se verdad importante esta viendo en el ya que no despega su mirada de este.
Hago un ruido con mi garganta y ella voltea hacia mi. Yo camino para el comedor y ella me dice:

—Me llegó una noticia.—dice mirándome—Un chico acaba de morir en un hospital de Cincinnati después de que un auto lo arrollara en la carretera.—yo la miro con curiosidad y le digo.

—Pues pobre del chico ¿No?.—le digo.

—Al parecer las últimas palabras del chico fueron, "Nunca hagan un trato con el diablo".—ella finaliza y ríe. Yo la veo sin ninguna gracia, no hay que jugar con esas cosas.

—Aitana, ¿No crees en el diablo?.—le digo

—Lena, el diablo es solo un mito, una leyenda que la gente viene contando desde hace siglos.

—Aitana con eso no se juega, digo no es que yo esté segura de que exista pero...—ella me interrumpe.

—Lena, el diablo no existe.—afirma—Como va a ver un hombre con cuernos y cola larga, por Dios Lena.—Bueno yo no me imagino que el diablo sea así.

—Tal vez y ese chico si hizo algún trato con el diablo.—digo mirándola esperando una respuesta.

—¿En serio Lena? ¿Un trato con el diablo? Como si el mismísimo diablo existiera, como si dejara de ser un mito para poder hacer ese trato.—fue lo último que dijo para así subir por las escaleras e ir a su habitación.

Siempre he dicho que nunca hay que dudar de la existencia de un ser, no es como si yo creyera en esas cosas pero a mí por lo menos no me gusta poner en duda o hablar de eso.

Busqué esa noticia por la redes, cuando la encontré me dispuse a leerla completa y hubo algo que me dejó sorprendida por así decirlo. El auto que arrolló al chico era muy similar al auto que pasó muy rápido cuando iba a cruzar la calle hace unas horas.

Por Dios, existen muchos autos así, además las noticias no suelen salir en tan solo unas horas y tan detalladas, ¿O si?.

A la mañana siguiente desperté, eran las 7:00 de la mañana, algo que se me hizo raro fue no encontrar a Aitana por el pasillo o en la sala, caminé al baño y miraba mi rostro diferente, como si no hubiera dormido en días.

Bajé a la sala y encontré una nota de Aitana en la mesita del centro de la sala, esta decía:

"Tuve que salir de emergencia, tal vez tarde todo el día, no me esperes despierta"

Vaya, ella nunca salía todo el día así de casa, se me hace raro porque ella tenía un trabajo pendiente en su oficina.

Salgo de casa ya vestida con el uniforme de la escuela, cuando estoy a punto de cruzar la calle un auto pasa a exceso de velocidad, tal como ayer me pasó en la noche de regreso a casa.

Cuando llegué a la escuela estaba Sasha como siempre a un lado de la dirección esperándome, yo llegué a su lado y la saludé.

—¿Supiste del accidente de ayer?.—supongo que hablaba de la noticia de la que me habló Aitana ayer por la noche.

—Si, Aitana me lo comentó ayer por la noche.—digo sacando el libro de Metodología de mi mochila.

—Y, ¿Qué piensas sobre las últimas palabras del chico?.—dice pasando una mano por su cabello morado.

—Sinceramente no lo sé, no me gusta hablar de esos temas y poner en duda la existencia de esos seres.—digo comenzando a caminar por el corredor principal.

—¿Sabes?, Dicen que el chico era primo de Roger del octavo grado.—Yo la miro sorprendida, Roger era un chico muy carismático y lindo, toda la escuela debe estar en un cierto shock ante la noticia de ese chico.

—Pobre Roger.—es lo único que salen de mis labios, volteó hacia atrás y miro una sombra negra al lado de los baños, esa sombra se miraba rara, traté de no tomarle importancia pero esa sombra se hacía cada vez más grande.—Sasha, llegamos tarde.—le digo tomando su brazo para caminar rápido, ella me mira raro y dice:

—¿Sucede algo Harper?.—No le contesto, tan solo niego y miro por última vez hacia atrás y para mi sorpresa esa sombra ya no estaba.

Pasaron más horas y el horario de la escuela terminaba, estaba de camino a casa cuando otro auto pasaba a exceso de velocidad, con esta ya van tres veces que estoy a punto de ser arrollada por un auto, estaba confirmado, la gente no sabe manejar.

Llegué a casa y la nota que Aitana había dejado en la mesita ya no estaba.

Debió haber salido volando por la ventana

Oh sí, eso debió ser, deje una ventana abierta y corría aire.

Genia

Cállate

Cuando entré a la cocina, había una nota pegada en el refrigerador. La tomé y está decía:

"Tal vez no vuelva"

Esta no parecía la letra de Aitana, algo me huele mal, traté de llamarla pero me di cuenta que su celular lo había dejado en la barra de la cocina.

¡Carajo!

Trato con el diablo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora