Lena
Sabía a lo que se refería, sabía de quien estaba hablando, sabía que el era la siguiente víctima. Mis manos comenzaron a sudar y mi cuerpo a temblar, era algo que no me imaginaba.
El me miraba esperando a que yo dijera algo pero era imposible que las palabras salieran de mi boca, era como si hubiera perdido el poder del habla. Tomó mi mano y la apretó pero yo seguía pensando en que decirle. Quería que me creyera, que creyera que yo estaba siento manipulada por Demian pero jamás quise que Ethan o Sasha pasaran por lo mismo.
Mi mirada volvió a el, mis ojos los sentía cristalizados por las lágrimas que iban a salir de ellos, el seguía mirándome con lágrimas en los ojos. Por un momento abrí mi boca para hablar pero la cerré de nuevo cuando miré a Demian entrar, su rostro reflejaba satisfacción. Ethan se quedó helado al verlo, ahora los dos somos víctimas del mismo hombre.
—Vete, ¡Vete y dejanos tranquilos!—dice Ethan gritando con dificultad.
Demian se acerca a nosotros a paso lento, yo tan solo ruego para que no nos haga nada. Miraba su rostro y su expresión había cambiado totalmente. Ahora reflejada ira, sus venas del cuello se hacían notar, Ethan trató de cubrirme pero fue inútil.
El se puso a un lado de Ethan, y el lo miraba con miedo, miedo del que yo sentía en un principio miedo que ahora es enojo y odio. Yo trataba de alejarlo de Ethan pero era imposible, su fuerza era única. Demian me miró por última vez para así tomar el cuello de Ethan.
—¡No!, Joder suéltalo.—rogaba por qué lo soltara.
Ethan se quejaba del dolor que estaba sintiendo.
Lo estaba dañando aún más.
Yo tomé del brazo de Demian para separarlo se Ethan pero el de un solo movimiento me lanzo hacia una pared. Mi cabeza chocó con esta, ahora yo sentía un dolor terrible en ella. Me paré de nuevo y fui hacia Demian, no sé exactamente de donde saqué fuerzas pero logré separar su mano del cuello de mi amigo.
Ahora el toma del mío, pero esta vez lo hace aún más fuerte. Respiraba con dificultad.
¿Es en serio que nadie escuchaba los quejidos y gritos de nosotros?
Yo me movía de un lado a otro mientras trataba de apartar las manos de Demian de mi cuello, pero sus manos ardían ahora más que nunca, sentía que mi cuello iba a ser desprendido de mi cabeza pero era obvio que no iba a ser así.
—Quinta regla: Nunca entrometerse en las cosas del diablo.—dice susurrando—recuerdo que te dije que la última vez que te metieras en mis asuntos te iba a hacer sufrir como nunca y que me iba a encargar de que no sobrevivieras para contarlo, ¿Es eso lo que quieres pequeña?, ¿Quieres sufrir aún más?—pregunta haciendo más presión.
Yo no podía hablar por la fuerza que estaba ejerciendo en mi cuello, sus manos habían dejado de arder pero aún dolía lo que hacía. Escuchaba como Ethan intentaba gritarle que se detuviera pero de nuevo sus intentos eran fallidos.
Demian me seguía mirando con ira pero de un momento a otro sus ojos se cristalizaron y sus manos soltaron mi cuello de manera brusca. Cerré mis ojos por un momento y cuando los abrí Demian ya no se encontraba en la habitación.
Tocaba mi cuello, de nuevo salía sangre de la quemada, miré a Ethan su mirada estaba perdida en un rincón de la habitación. Sabía que el tendría un trauma con esto. Me paré a como pude y fui a donde estaba el, lo abracé para darle un poco de tranquilidad pero el seguía sin reaccionar.
Maldita sea la hora
—Todo estará bien, lo puedo jurar.—le doy un pequeño beso en la mejilla para así salir de la habitación.
Salí y caminé sin hacer caso a Sasha quien me hablaba y caminaba detrás de mi.
Una vez que ella me alcanzó tomó de mi hombro haciéndome girar para verla, ya estábamos fuera del hospital así que podíamos hablar con tranquilidad.—¿Qué pasó ahí dentro?, ¿Qué te sucede?—dice
¿Eres sorda o qué? Casi nos mataban ahí dentro
—No lo entenderías, simplemente no lo entenderías.—le digo con un hilo de voz, no quería llorar enfrente de ella.
Me di la vuelta y comencé a caminar ignorando los gritos de Sasha. Quería llegar lo más rápido posible a casa, tenía mucho sueño. No recuerdo cuando fue la última vez que dormí por una noche completa.
Estaba a punto de llegar a casa, siento como unos pasos se escuchaban detrás de mi, yo caminé aún más rápido pero cuando miré hacia atrás no había nadie.
Llegué a casa y abrí la puerta, entré y lo primero que miré fue a Demian parado con sus manos en las bolsas del pantalón, el sintió mi presencia pero no se giró a verme.
—La luna está muy bella hoy, pero nadie se compara a la belleza de una de mis víctimas, ella es simplemente hermosa que aún no entiendo porqué la quiero hacer caer.—dice en voz baja.
Yo me quedo confundida ante lo que acaba de decir. Camino lentamente hacia las escaleras para ir a mi habitación pero me interrumpe su voz.
—No entiendo porque le sigo haciendo daño, ella no tiene la culpa de nada.—su mirada sigue fija en la luna.—No entiendo el motivo por la cual la hago sufrir cuando ella es inocente, admito que ella a veces es una niñita insoportable pero, ella es inocente, pura. Simplemente es hermosa.
—Entonces si tú sientes todo eso por ella, ¿Por qué no la dejas en paz?, te contradices tu mismo. Simplemente si sientes eso por ella déjala y no te le aparezcas nunca más.—le digo por último para así comenzar a subir. Estoy justo enfrente de mi habitación pero el vuelve a hablar.
—Es difícil dejarla... Créeme que es difícil.—dice.
Yo lo ignoro y me meto a mi habitación, no quisiera estar en los zapatos de la chica. Que el diablo literalmente este enamorado de ella es tan loco, tan estúpido.
Me recuesto sobre mi cama, solo quiero dormir y dormir. Mi cabeza me dolía pero sobre todo mi cuello, me sentía débil. Tan solo estoy esperando el día en que todo esto termine.
Esto va a terminar cuando decidas que darle a cambio
Miro hacia la ventana y veo que el cielo tiene millones de estrellas, todas brillaban y eran muy hermosas.
Quisiera ser una linda estrella.
Estaba quedándome dormida, mis párpados pesaban, pero el dolor que sentía en el cuello era una de las causas que me impedía dormirme completamente.
Ya había apagado las luces de mi habitación, rodaba por toda mi cama tratando de poder dormir. Me era casi una misión poder conseguir el sueño, sentía una mirada sobre mi, prendí la luz para ver quién era pero no miré a nadie.
Que quede claro que ya no puedes decir que son solo ilusiones
Tienes razón.
Por fin estaba quedándome dormida. Una noche, tan solo una noche.
—Tienes que pensarlo muy bien.—dice el gran hombre que me miraba sentado en un gran trono.
—Yo no se que darte, no tengo absolutamente nada.—le digo llorando arrodillada ante el.
—Claro que tienes algo... Tienes una vida pequeña.—dice.
Yo niego repetidas veces con lágrimas en los ojos, por Dios no quería morir, no tan joven.
Quería levantarme del suelo pero no podía gracias a las cadenas que tenía en mis muñecas, estaba desesperada, quería volver a casa...
Joder fue un sueño
Desperté con la respiración agitada, llevé una mano a mi pecho y sentí un gran alivio.
Vaya, estoy viva después de todo.
—Pero el tiempo se acaba Lena, el tiempo corre, el tiempo no te espera.—dice el a un lado de la cama, pero después comienza a caminar a la puerta de mi habitación para así salir.
Tenía que pensar algo rápido si no el tendrá que decidir lo que le daría a cambio.
Y algo dentro de mí me decía que lo que el quería era algo malo...
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Trato con el diablo ©
Mystery / Thriller¿En serio Lena? ¿Un trato con el diablo? Como si el mismísimo diablo existiera, como si dejara de ser un mito para poder hacer ese trato. Fue lo último que me dijo Aitana para así después de que se fuera de casa desapareciera al día siguiente, sin d...