Trato con el diablo ©

59. Tu de nuevo

Lena

Hace exactamente una semana que Aitana Harper dejó de existir, hace una semana en la que se podría decir que mi vida dió un giro radical.

El tiempo pasa demasiado rápido, hace tres años estaba viviendo una pesadilla y ahora solo estoy viviendo parte de ella.

Hace tres años ella me necesitaba pero yo jamás la escuché o tal vez nunca quise entenderla. No quería ver lo que en realidad pasaba, detrás de esa apariencia ruda y despiadada se escondía la verdadera Aitana quien indirectamente pedía ser salvada de las manos de el diablo.

Mi hermana.

Salía del cementerio con mis manos dentro de las bolsas de mi abrigo, el invierno se acercaba.

Caminaba sola por las calles de Cincinnati, Dean se encontraba con Grace en estos momentos. Dean insistió en venir pero realmente necesitaba un momento sola.

Pocas personas se encontraban en las calles, el cielo estaba nublado y no había señales de los rayos del sol. El viento corría fuerte y frío, pequeños copitos de nieve caían del cielo señales de que muy pronto comenzaría a nevar.

Las pocas personas que se encontraban en las calles de Cincinnati comenzaban a ir a los locales de café que se encontraban cerca.

Yo decidí caminar un rato sin rumbo, hoy sería mi último día de terapia. Finalmente he superado todas las cosas que pasaron desde que tenía diecinueve años, muy pronto cumpliría veinticinco y Dean veintiséis.

Hace casi seis años no recuerdo exactamente cuánto tiempo ha pasado la desgracia había llegado a mi vida, esa desgracia tenía un nombre.

Su nombre era Demian.

Hace años no sabía de el o al menos no lo podía ver ni escuchar, tal vez todo el tiempo estuvo conmigo.

Solo sabía que el tiempo había pasado muy rápido y no exactamente de la manera que tenía planeada.

Un auto se escuchaba detrás de mí, miré hacia atrás y pude ver que el auto de Dean se acercaba, el parecía no darse cuenta de que yo caminaba por aquí.

—¡Dean!.—grite cuando justamente el pasaba por mi lado.

El auto paró a unos metros de mí y de una manera lenta comenzó a retroceder.

El bajó la ventana del copiloto y se quedó asombrado.

—Pensé que aún estarías en el cementerio.—dice mientras que yo subo al auto.

—Lo iba a hacer, iba a ver a ciertas personas ahí además de Aitana.—me refería a mi padre y a Ethan.

—Lo sé, pero no pensé que tardarías poco.

—Hoy tengo mi última terapia, ¿Recuerdas? Así que tengo que prepararme mentalmente para eso. Nadie sabe que pasará después de terminar un ciclo como ese.—digo y el asiente lentamente.

—Quisiera, quisiera casarme lo más rápido posible contigo.—dice y yo lo miro.

—Creo que ya estábamos de acuerdo con la fecha, ¿No es así?.—le digo y el para en un semáforo en rojo.

—Lo se, pero... Solo olvídalo.—dice comenzando a avanzar de nuevo.

Lo que quedaba de camino pasó en silencio, miré el reloj de mi mano y este marcaban las 12:52 de la tarde, a las 3:00 en punto sería mi última terapia.

Llegábamos a casa y el baja para abrir la puerta, había comenzado a nevar y no entiendo como es que Dean no trae su chaqueta puesta. Es contradictorio su asunto ya que en verano siempre la usaba y ahora en invierno ni siquiera la trae sobrepuesta en su hombro.