Todas las Hadas del Reino: Vida ancestral (Serie de one-shots)

Apoyo incondicional (1°parte)

A/N: Buenas tardes, días o noches. Por fin decido unirme un poquito al mundo de Wattpad publicando un fanfic que tenia guardado en el cajón desde hace mucho. Por las dudas comento que yo pertenezco a Fanfiction.net, no tengo fecha fija de actualización pero tengo como once capítulos escritos.

Como sea, Laura Gallego esta en la pequeña lista de mis autoras favoritas y es la que me introdujo en el mundo de la lectura. Todas las Hadas del Reino es una historia que me fascina y después de mucho tiempo tome la decisión de publicar los pequeños fanfics que tengo guardados. 

Para no confundir a nadie en un futuro aclararé que muchas cosas salen de mi mente, como por ejemplo los poderes de los Ancestrales. No recuerdo que la autora los mencionara a fondo por lo que no me queda de otra que escribir yo.

Sin más espero que les guste. Son bienvenidos todos comentarios de apoyo y constructivos. 

¡Muchas gracias por leer!

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Había costado, y mucho, incluso más de lo que cualquiera se pudiera haber imaginado. Comer carne cruda no era lo suyo, y más aun cuando podía ver las entrañas saliendo del interior de ese pobre pajarito y la ultima expresión en su rostro. Para Ren parecía tan fácil, solo lo había cazado así como así y lo devoraba como si fuera su última comida y no parecía importarle tener el hocico manchado de sangre.

El zorro terminó de comer relamiéndose la boca y miró a su compañera. Camelia solo le sostuvo la mirada por unos breves segundos para luego moverla al pájaro frente a sus patas y correrla rápidamente al suelo.

Sintió un leve empujoncito en su rostro, al volver la mirada vio a Ren acariciarla con su hocico.

-Ey... todo estará bien. Será difícil al principio pero veras que con el tiempo te acostumbraras.

Ella solo suspiro y acepto las caricias del zorro devolviéndosela con su propio rostro.

-¿Mejor?- Susurró él. Ella solo asintió. –Bien... entonces, si no lo vas a comer, más para mí.- La chica solo río mientras el ancestral se comía lo que antiguamente había sido cazado para ella.

Una vez que terminó ambos empezaron a caminar entre la maleza. El sol ya se escondía entre el horizonte y la luz disminuía, el naranja del atardecer era remplazado por un azul claro con las primeras estrellas asomándose.

-¿A dónde vamos?- Susurró.

Ren le dio un leve empujoncito con el hombro -Ya te lo dije... te mostrare nuestro hogar.- ella solo dio una leve sonrisa mientras veía sus patas al caminar. No podía evitar sentir que había algo raro con ella. Un aura de tristeza la rodeaba por completo.

-Llegamos.

Al mirar hacia adelante vio un enorme árbol, probablemente el más grande que haya visto en sus trescientos años. Ambos entraron al interior del tronco, una suave luz iluminaba todo el lugar, seguro producto de la magia del zorro. En el centro había un montón de paja juntado dando la forma de un nido.

Termino de examinar el lugar y sintió la mirada de su acompañante sobre ella.

-¿Y...?- Preguntó él. Camelia solo le sonrió y froto su cabeza contra la de él.

-Me encanta.

-¿De verdad?

Ella asintió y pronto él le devolvió las caricias. Ambos se quedaron así por un tiempo hasta detenerse y dejar sus frentes juntas. Ren abrió los ojos y la miro profundamente, le indico el montón de paja con un movimiento de su cabeza.