POV ALFRED
Estaba feliz, sin duda era uno de los días más felices de mi vida, y poder compartirlo con mis amigos, con mi familia era increíble, y, sobre todo, sentir que todo el mundo había dejado todo lo malo atrás y estaban disfrutando del día.
-¡Ey!-saludo a Alex la enfermera que se había encargado de mi durante todos estos días que había pasado en aquel hospital al que no deseaba volver, pero sin duda no por ella.
-Hombre, estas guapísimo.
-Tu tampoco estás nada mal.
-Cuidado si no quieres que tu mujer se entere.
-No tiene por qué enterarse-digo con una sonrisa-además...son mis ojos los que hablan porque mi corazón...-digo mirándola allí a los lejos como estaba rodeada de su familia.
-Me alegro mucho todo lo que estás viviendo hoy, te lo mereces mucho.
-Gracias, todo se lo debo a ella y bueno tu... tú también me diste un empujoncito-digo con una sonrisa- ¿Puedo hablar contigo un momento?
-Ya lo estás haciendo-dice con una sonrisa-anda dime, ¿Qué te pasa?
Había decidido despedirme de cada uno de ellos porque cuando se fueran iba a estar solo con Amaia, y no sabía si...si tendría la oportunidad de agradecérselo a todos como me gustaría.
-Solo quería darte las gracias por todo, por cuidarme por aguantarme cuando no tenía a nadie para hacerlo. También quería agradecerte el abrirme los ojos y luchar por lo importante.
-Ojalá hubiera podido convencerte para que te quedarás.
-Eso no era lo que necesitaba y lo sabes. Necesito vivir, necesito esto, ser feliz.
-Gracias por enseñarme a luchar por la felicidad, eres muy valiente Alfred, ojalá...no, sé que voy a tenerte en mi vida mucho tiempo y que voy a poder aprender mucho de esa fortaleza suya.
-Ojalá.
-Ya verás que sí.
-Gracias-digo dejando un beso en su mejilla antes de seguir, todavía tenía que hablar con más gente y sentía que el cansancio se estaba empezando a apoderar de mí.
Había llegado el momento de tener una conversación que había dejado para pendiente durante demasiado tiempo. Me acerco a ella y a sus padres intentando mantener los nervios bajo control, aunque sin duda no sabía si iba a poder superarlo.
-Hola siento interrumpir-digo tragando saliva mientras sonrió a Amaia y ella me mira con una sonrisa antes de dejar un beso en mi mejilla.
- ¿Estas bien?-dice de repente mirándome con preocupación, no quería que me mirara así, ojala todo fuera diferente.
-Si solo quería hablar con tus padres, si no te importa-digo mirándola y veo como me mira extrañada pero no le da tiempo a decir nada.
-No le importa, y si le importa pues mira da igual-dice su madre seria y yo trago saliva, quizás había esperado demasiado para esta conversación, pero la verdad es que todo había sido tan rápido...
-Mama...
-Voy a comportarme-dice con una sonrisa y veo como ella duda si dejarnos solos o no.
-Espérame cerca ¿sí? Quiero mi baile-digo mirándola con una sonrisa para tranquilizarla y veo como se aleja con un intento de sonrisa.
Tomo aire mientras estoy allí de pie junto a los padres de la que hoy se ha convertido en mi esposa. Sé que no tienen que estar contentos con todo esto y sé que es mi culpa y que debo explicarme.
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Últimos deseos
RomanceAmaia y Alfred se conocieron dentro de la Academia. Pero su relación dentro fue distinta para cada uno. Mientras Alfred se quedo prendado por ella, ella no pudo fijarse en el chico del trombón porque ya se había fijado en otro. La historia empieza c...