Capítulo 50

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POV AMAIA

Una vez más estaba tumbada a su lado, todo el mundo me decía que tenía que descansar pues muy bien lo haría, pero a su lado.

Ya habían pasado casi las 48 horas desde que se realizó la operación y no veía la hora de que por fin despertaran a Alfred...necesitaba mirarle a los ojos, necesitaba que me tocara, necesitaba sentir sus labios sobre los mío, necesitaba escucharle hablar sin parar, lo necesitaba todo.

Escucho como la puerta se abre y veo como entra el doctor seguido por Alex ambos bastante sonrientes.

-Hola.

-Hola.

-Venimos a quitarle la sedación...es la hora de la verdad.

-Bien... ¿cuándo?

-En una hora o así...imaginamos que despertará...

-Y si no lo hace-pregunto ansiosa, pero con mucho miedo.

-No pensemos en ello, pensemos en positivo vale. Después de eso le haremos muchas pruebas durante los próximos días y si todo sale bien...

- ¿Qué?-digo tragando saliva por los nervios.

-Entonces podréis iros a casa, estará en observación, podemos ir a casa a verlo algunas veces yo, otras veces solo Alex, tendrá que pasar revisiones hasta que al final, le demos el alta total-dice y me levanto rápidamente para abrazarlo-no cantemos victoria antes de tiempo ¿vale? Aunque tengo muchas esperanzas puestas en este luchador.

-Yo también-digo cogiendo la mano de Alfred entre las mías.

-Bien, en cuanto notes que empieza a despertarse me avisas. Quiero ver sus reacciones y sus constantes, ¿Ok?

-Lo haré-digo con una sonrisa. Estaba deseando sentir su mirada sobre mí de nuevo, necesitaba perderme en esa mirada penetrante que tenía y que hacía que mis piernas temblaran, necesitaba que me mirara para saber que todo iba a ir bien.

Pasaban los minutos y empezaba a inquietarme a ponerme nerviosa necesitaba escucharle hablar...necesitaba algo que me hiciera darme cuenta de que estaba bien...de que estaba de nuevo conmigo.

Me siento de nuevo en la silla que había sido mi casa durante las últimas horas y agarro su mano de nuevo entre las mías, estaba agotada, pero tenía tantas esperanzas, estaba tan deseosa de que llegara el momento, que cuando siento como su mano acaricia suavemente la mía, casi me cuesta darme cuenta de que estaba siendo real, de que estaba despierto. Levanto la cabeza de nuestras manos unidas, fijando mi mirada por fin en la suya, y una sonrisa amplia enseguida aparece en mi cara.

-Está aún más bonita-dice bajito, pero con una sonrisa.

-Tú sí que estas guapo-digo besándole suavemente en los labios antes de darle al botón para avisar a las enfermeras. Le acerco despacio un vaso con una pajita de la que bebe despacio, en cuanto acaba, no puedo dejar de tocarle y de besarle toda la cara...

-Voy a tener que operarme muchas veces para que me recibas así-dice con una sonrisa.

-No lo digas ni en broma-digo riñéndole, pero veo su sonrisa y no puedo no devolverle la sonrisa.

En ese momento entra Alex seguida por Xus, Alfredo, Alexander y Aitana.

-Oh...veo que todos me echabais de menos-dice riéndose.

-Nos distes un buen susto cariño-dice Xus abrazándole con fuerza, seguida de Alfredo.

-Ya...

Últimos deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora