12. Lo que hay dentro de mi

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Habían pasado ya dos días desde el accidente y JinYoung aún permanecía encerrado en su habitación. Los últimos días habían sido de paz para YuGyeom, sin JinYoung gritando o rondando por el departamento, pero a la vez estaba preocupado por el estado de salud de la persona con la que vivía ¿Cuánto tiempo más permanecería JinYoung encerrado?

***

Dentro de la habitación JinYoung observaba por décima vez la fotografía que, un día antes, le envió por correo su asistente, era una fotografía de su auto después del accidente. La parte delantera del auto había quedado totalmente destrozada, JinYoung se preguntaba una y otra vez como hizo YuGyeom para sacarlo de ese lugar, el muchacho se veía muy débil y frágil ¿Cuánto trabajo le habrá costado sacarlo de ahí? y luego llevarlo todo el camino hasta la carretera.
JinYoung no entendía por qué, ¿Por qué arriesgarse de esa manera?, ¿Por qué no simplemente dejarlo ahí muriendo?, ¿No hubiera sido más fácil para YuGyeom quedar viudo? Sin embargo el muchacho eligió cargar con él todo el camino y salvar su vida.

Su vida.

JinYoung no recordaba cuándo fue la última vez que considero a eso que tenía vida. Hacía muchos años que no sentía todos estos sentimientos extraños que quería ignorar, si tan solo pudiera retroceder el tiempo y no cometer los mismos errores pero no había nada que pudiera hacer, las cosas que se dieron de tal forma que aun quedando en el pasado le dejaron terribles marcas, marcas que aprendió a curar cerrando su corazón y nunca más confiando en nadie.

Park JinYoung tenía un motivo para odiar la vida y todo lo que lo rodeaba pero aún no estaba listo para dejarlo ir, porque esto significaría dejarlo vulnerable, nuevamente, al amor. No quería ser una vez más vulnerable, porque era mejor ser duro y lastimar a que te lastimen.

Si tan solo lo hubiesen dejado morir en ese auto. JinYoung recordó las palabras de YuGyeom.

Ese sería su castigo por todo el mal que causaba.

Vivir.

Vivir sería su castigo, vivir rodeado de gente que te odia pero que no se atreve a decírtelo de frente. Vivir entre hipocresías. Vivir sabiendo que nunca nadie podrá amarte. Vivir sin poder amar o rehusarse a amar. Vivir lastimando a los seres que amas, alejando a todas esas personas que te estiman. Vivir en la soledad.
Ese era su castigo. Vivir para sufrir. Y su verdugo no era otro que su inocente esposo.

***

-¿Sigue encerrado? -preguntó Mark mientras tomada un bocado de su plato de fideos.

-Sí, ya lleva días así, no sé qué hacer. -respondió YuGyeom lanzando una mirada preocupante en dirección de los corredores.

-No te preocupes, ya se le pasará el berrinche. -consoló Mark.

-Si tú lo dices, pero al menos debería comer mejor.

-¿Quieres que hable con él?

-No quiere recibir a nadie.

-Yo no soy nadie, te aseguro que a mí sí me va abrir la puerta.

-Pero... ¿y si se enoja?

-Así como ha estado estos días, dudo que tenga energías para enojarse. -Mark se puso de pie en dirección a la habitación de JinYoung.

Casi diez minutos tocando y nada, JinYoung no daba señales de querer abrir la puerta pero Mark tampoco era una persona que se rindiera tan fácilmente. -JinYoung si no abres la puerta la echaré a patadas. -advirtió Mark.

Nuevamente nada. Ni una señal de vida.
-JinYoung hablo en serio, ¡echaré la puerta abajo y no me importa que te enojes conmigo!

La puerta seguía impecablemente sellada
-Park JinYoung deja de comportarte como un niño inmaduro. ¡Abre esa puerta! -Mark empezó a perder la paciencia.

The Boy and The Beast || JinGyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora