The Boy and The Beast || JinGyeom

26. Y la noche siguió su curso

El tiempo pasa y no deja de acelerarse con cada minuto que transcurre. Un hombre sentado solo, en una mesa ubicada en una oscura esquina de un restaurante, sosteniendo una caja sobre su regazo y en el piso una bolsa, esperando ser entregada a la persona por la que se ha estado esperando casi una hora ya.

Otro minuto vuelve a morir y la puerta del restaurante no muestra aún el rostro por el que se ha estado anhelando por varios días.

Finalmente la puerta se abre y una figura añorada camina en su dirección, que lleva esperando como si fuera una eternidad.
Sus manos sudan, sus piernas tiemblan, su mirada cambia de rato en rato su dirección sin encontrar un punto visual definitivo, su corazón se acelera. Sus recuerdos vuelven, su dolor e inseguridades golpean dentro de su cabeza. Su paso se hace más lento, sus latidos se aceleran, su garganta pesa y las palabras se van desvaneciendo. Su mirada se hace más intensa, enfocándola en el rostro de la persona causante de su dolor. Su expresión se endurece. Las palabras vuelven y finalmente están frente a frente.

–Te estaba esperando. –habló JaeBum observando a su novio.

–Feliz cumpleaños. –respondió el menor, alcanzando una pequeña bolsa, que JaeBum no había visto que llevaba en manos.

–Gracias. –exclamó tomando la pequeña bolsa.

–No es mucho a comparación del pastel que te preparó YuGyeom. –soltó YoungJae fijando la mirada en la caja que JaeBum llevaba sobre su regazo.

–Así sean piedras, si es de ti, siempre será más valioso que cualquier cosa. –respondió tomando la mano de su novio por debajo de la mesa.

–Sólo vine porque es tu cumpleaños y porque no deberías pasarlo solo. –dijo YoungJae a la defensiva retirando su mano.

–Cielo, te extraño... –JaeBum deslizó su mano nuevamente, sosteniendo con más fuerza la de su novio.

–¿Qué pensaste de la última vez que viste a YuGyeom?

–No es momento para hablar de eso...

–Claro que lo es... ¿Te recuerdo porque te eché de casa?

JaeBum dio un suspiro muy pesado, reordenando sus ideas. –Lamento mucho haberte hecho a un lado... No era mi intención... Fui estúpido e impulsivo... Tenías razón, me estaba metiendo en lo que no debía. –habló soltando cada palabra con sinceridad.

–Quiero que regreses a casa... –YoungJae agachó la cabeza, fijando su mirada en su mano que seguía siendo sostenida por JaeBum. Los ojos de JaeBum dieron un brillo esperanzador. –Pero no ahora... déjame pensar las cosas... necesito estar seguro al 100% –YoungJae alzó la mirada, encontrando los ojos de decepción de su novio.

–Tómate el tiempo que quieras, sé que al final me dejarás volver. –dijo y se inclinó, dando un tierno y amoroso beso a su novio.

***

Uno de los beneficios de ser un prestigioso abogado con un gran salario, es que te permite comprar cuantas cosas desees, pero las consecuencias llegan cuando llevas más de una hora de pie frente a tu espejo, decidiendo cuál de tus 10 camisas, las cuáles lograste reducir luego de una hora más de pelea, debes ponerte para una cita informal con un amigo, que se espera sea más que un amigo.

–¿La blanca o la celeste? –Mark continuaba con su lucha interna eligiendo el atuendo perfecto para salir a su cita con Jackson. –¿O una de las del grupo de allá? –Mark giró observando el grupo de ropa que yacía sobre su cama. Si es que aún se podía distinguir la cama debajo de todo ese mar de ropa. –¡Aish!... Tengo que dar una buena impresión. –se quejó Mark contra su propio reflejo, cayendo derrotado sobre la alfombra.