La luz encendida en la habitación filtrándose por la ranura inferior de la puerta hacia los corredores hacía notar al presidente de Systematic Company que su joven esposo estaba aún despierto a esas horas de la madrugada, probablemente estudiando, YuGyeom se había empeñado en ponerse al corriente con sus clases e incluso adelantar unos cursos, para estar a la par de sus compañeros, no es como si lo necesitara, pero los últimos eventos desde que regresó hace dos semanas de las cortas vacaciones con su esposo, lo tenían demasiado inquieto. Nunca antes se había enamorado y no estaba seguro si lo que estaba empezando a sentir por su esposo era amor real o una simple adaptación a su situación actual, hasta que llegara la fecha límite impuesta en el testamento de sus abuelos. La mejor manera de protegerse y eliminar esos dolores de cabeza, era enterrando sus pensamientos en los libros.
–¿YuGyeom? –llamó JinYoung con voz suave, dando pequeños toques a la puerta que estaba celosamente cerrada con seguro.
YuGyeom alzó la mirada del libro que tenía apoyado contra su mesa de estudios hacia la voz en la puerta que le indicaba que una vez más había sido descubierto haciendo una actividad ilícita en medio de la noche. JinYoung le había prohibido quedarse despierto hasta tarde estudiando, después de encontrarlo dormido una mañana, con la cabeza apoyada en el escritorio y el cuerpo totalmente congelado.
–YuGyeom, abre la puerta. –habló JinYoung con voz calmada, tratando de no sonar muy estricto. –Son las 3 a.m deberías estar en la cama. –pronunció, una vez abierta la puerta y el hermoso rostro de su joven esposo observándolo con temor.
–A-aún me quedan unas...
–A la cama he dicho... No me obligues a utilizar las píldoras para dormir que recetó Jackson. –JinYoung tomó a su esposo por la muñeca llevándolo hasta la cama.
–Mañana tengo un exámen...
–Y te has estado preparando muy bien los últimos días. –cortó las palabras de su esposo, mientras lo envolvía entre las mantas.
YuGyeom dejó salir un suspiro derrotado, girando luego en la cama, quedando de espaldas hacia su esposo.
–Lo hago por tu bien... no quiero que te enfermes por no descansar correctamente. –dio un amoroso beso en el cabello de su esposo, abandonando luego la habitación.
YuGyeom cerró los ojos, sintiendo los latidos de su corazón acelerarse.
***
El silencio que reinaba en el pequeño espacio hacía que YoungJae se sintiera más nervioso e incómodo. El auto en el que se encontraba en plena marcha hasta el aeropuerto, se detuvo justo a tiempo antes que le diera un ataque por la tensión que se respiraba en el aire.
–Llegamos... supongo que es todo, ¿no? –habló el hombre sentado a su lado, en el asiento trasero del taxi.
YoungJae bajó la cabeza, entreteniendo su mirada en observar el travieso jugueteo de sus dedos nerviosos.
–Quizás regrese en un par de meses... ¿podré verte de nuevo? –Joonmyun se forzó en dar una mirada directa al menor.
No había pasado más de tres días, desde que YoungJae volvió a oír la confesión de amor de su amigo de infancia y más aún, una tentadora oferta para volver a su ciudad natal al lado de la persona que podría ayudarlo a rehacer su vida y sanar su herido corazón, pero aún no se sentía lo suficientemente listo para dar ese paso. No tenía la certeza aún de qué era lo que realmente deseaba. Olvidar y partir o superar y seguir viviendo.
–Sé que prometí no presionarte pero...
–No puedo. –finalmente YoungJae tomó la decisión, que creía era la más justa para ambas partes. La mirada de Joonmyun cayó repentinamente, formándose una pequeña y ácida sonrisa en su rostro. Claro que sabía que sus esperanzas eran imposibles. Dentro de él, sabía que el corazón de YoungJae todavía le pertenecía a la única persona capaz de hacerlo sonreír. –Lo siento... no sería justo para...
ESTÁS LEYENDO
The Boy and The Beast || JinGyeom
FanfictionPark JinYoung es un tipo frío, ambicioso, sin escrúpulos, capaz de hacer cualquier cosa por obtener lo que quiere. Kim YuGyeom es un muchacho dulce, apacible, sensible y siempre pendiente de los demás. JinYoung es un hombre maduro de veintiocho años...