Dentro de la estación Kings Cross, Ava, Harry, y Ron se encontraban en la plataforma nueve y tres cuartos esperando a que el tren llegara al destino.
Ron, quien llevaba la mayor presión de entre los tres presentes, estaba algo pálido y sudoroso. Por su frente se podía apreciar a la luz del sol una fina capa de sudor. Llevaba puesta una camisa de color marrón, pantalón de vestir y unos lindos zapatos. El pelirrojo lucía bien, atractivo y formal justo para el evento que estaba por ocurrir.
Apenas tenía diecinueve años, y Hermione los cumpliría en unos meses. A los ojos de cualquiera, eran demasiado chicos para comprometerse y casarse. Los tiempos ya habían cambiado, ya no era como en la época de su padre donde era un poco más habitual terminar el colegio y casarse.
Pero Ron ya había esperado ocho años para finalmente estar con Hermione, y además no imaginaba poder estar con otra persona en ese momento y en cualquier otro. Así que sí, pidió el anillo familiar y se lo entregaría a Hermione.
Con un poco de suerte, Hermione aceptaría de igual forma. Sabía que ella había sido criada en una familia muggle y sus costumbres eran todavía más diferentes a las de los magos, tal vez eso podía ayudar o empeorar la propuesta de Ron. Esperaba que fuera la primera opción
—Oh, casi lo olvido—dice Ron. Se acerca hacia una de las columnas del lugar robando con su dedo índice un poco de polvo. Arrastra su dedo sobre el costado de su nariz, dejando así un rastro de tierra.
Cuando el tren frenó, también lo hizo el corazón de Ron. Se limpió el sudor de sus manos en el pantalón, y le hizo una señal a Harry y Ava para que lo siguieran. Los tres amigos se quedaron hablando de trivialidades del último mes para calmar a su amigo, mientras todos los estudiantes salían del tren.
Muchos de ellos, en especial los más pequeños, veían a Harry con una gran expresión de sorpresa. La mayoría rodea a Harry entre gritos de victoria y felicitaciones hacia él, mientras otro grupo de estudiantes le pedía un autógrafo.
Pasados varios y largos minutos, finalmente todos los estudiantes se alejan del tren y es tiempo de que el trío pasara a los vagones.
Una vez dentro, tanto a Ava como a Harry les llegó una pizca de nostalgia. Hacía mucho tiempo que no subían al tren de Hogwarts, Ron sí había ido a visitar el castillo y también tomado el tren así que a él ya no le afectaba la nostalgia.
El pelirrojo entró con determinación, intentando parecer más tranquilo de lo que en realidad estaba y llega hacia el vagón correspondiente.
—Vamos, Ginny. Seguramente esté Ron esperándome y...—insiste Hermione dentro del compartimiento.
—Espera, es que realmente me siento mal—se escucha la voz de la pelirroja desde dentro. Había sido un gran logro para ella retener a Hermione mientras todos bajaban del tren.
Ron toca tres veces la puerta, y luego dos veces más, con sus nudillos. Al escuchar el sonido que su hermano le había enseñado, la pelirroja deja a una Hermione muy confundida y sale del vagón. Antes de que Hermione pudiera salir, Ron entra con ella.
—¡Ron!—le habla Hermione de forma efusiva. Lo abraza enredando sus brazos en el cuello del muchacho, y plasmándole un beso fugaz en los labios. El sabor a ciruela del labial de Hermione quedó impregnado en sus labios, y lo sintió más cuando con su lengua los relamió.
—Vamos, tenemos que bajar. Hay muchas cosas que debo contarte, este año aprendimos tanto. Me hubiese gustado que...—siguió hablando la castaña, pero pronto divisa a sus tres amigos todavía en el vagón—. ¿Qué hacen aquí?
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Outsider III - Draco Malfoy
FanfictionUn año después de la Segunda Guerra Mágica, y de derrotar a Lord Voldemort, nuestro cuarteto preferido remonta sus aventuras. Sin embargo, sus aventuras ahora son diferentes: problemas en el matrimonio, hijos, trabajos nuevos, y el dolor de la pérdi...