Theodore Nott estaba durmiendo una siesta en el sofá polvoriento del la habitación número siete en el Caldero Chorreante. Su sueño era perturbado cada algunos lapsos cortos de tiempo, pues el colchón que conformaba aquel sofá estaba gastado y los resortes pinchaban su cuerpo de vez en cuando. Además, el calor que se sentía en esa habitación era mayor al de las calles, por lo que su propia transpiración le hacía cosquillas en la nuca.
Había dejado atrás hacía ya mucho tiempo la vida de lujos y la fortuna que heredó de su familia, tenía una mansión para él solo desde que su padre fue nuevamente atrapado tras las rejas de Azkaban y la repentina muerte de su madre en sus primeros años de Hogwarts. Pero no la quería. Él quería a Astoria, y no podía tenerla nunca más. ¿De qué le servía una mansión enorme si no podía formar una familia para llenarla?
Tal como habían averiguado juntos, Ava y Blaise fueron los primeros en entrar al hotel mientras Draco dejaba una pequeña "propina" en la mano del administrador de las habitaciones que había develado en cuál estaba su amigo. No era muy difícil conseguir información de alguien entregando unos pocos galeones, el barrio no era muy seguro y la mayor parte de los integrantes de aquel hotel de mala muerte eran ladrones o vagabundos.
Los tres amigos subieron las angostas y rechinantes escaleras de madera, y siguieron por el pasillo hasta que los tres encontraron la inscripción del número siete en la puerta. Blaise golpea la puerta y ésta no hace más que rechinar y abrirse, lo que lo extraña un poco puesto que así cualquier persona podría entrar sin esfuerzo. No entendía cómo su amigo más quisquilloso estaba en un antro como éste.
—¿Theo? Es Blaise —habla el moreno, mientras apoya su mano sobre la puerta y caminando lentamente hacia dentro del lugar. Temía encontrarlo, puesto que tras meses sin hablar sabía de antemano el estado en el que lo encontrarían.
—No puedo creer que Theo esté en un lugar como este—murmura Draco, quien entra a lo último y cierra la puerta tras él.
—¿Qué demonios? —habla Theo, cuando se levanta para beber un poco de Whiskey de fuego y se encuentra con el trío. Se soba ambos ojos con su mano libre de la botella, en un intento torpe por despertarse. No daba crédito a lo que veía, no quería verlos allí y esperaba que fueran una mala jugada de su imaginación.
Sus amigos se habían quedado un poco congelados durante algunos segundos, puesto que su amigo estaba irreconocible. Ava lo había visto un poco más arreglado durante su trabajo, pero ahora parecía que un huracán le había pasado por encima. Su cabello estaba sucio, opaco y revuelto por su siesta; su rostro pálido y ojeroso por las largas horas sin dormir y luego estaba su ropa vieja y usada. Muy atrás había quedado aquel muchacho coqueto y perfumado de Hogwarts. Ahora era un completo desastre.
—¡Theo! ¿Qué demonios te pasó? —le dice Blaise, un poco enfadado—. Nos preocupaste a todos cuando desapareciste, no puedo creer que todo este tiempo estuviste aquí sin... —intenta seguir, pero Theo lo interrumpe.
—¿Qué hacen aquí? —habla con un tono sorprendido y a la vez, adormilado.
—¡Estaba preocupado por tí, creí que algo malo te había pasado! —le vuelve a recriminar Blaise, ante el tono agotador que utiliza Theo al preguntarle la razón de su intervención.
—¡Ya me sucedió algo malo, y fue la muerte de mi novia! —le habla brusco, con los labios apretados y el ceño fruncido.
—Somos tus amigos Theo, sabías que podías contar con nosotros para afrontarlo. La muerte de Astoria nos afectó a todos, pero mas a tí—le habla Ava, con un tono amable y comprensivo.
—¿De verdad? ¿Ayudarme? ¡JA! —ríe de manera sarcástica y exagerada—. Tú y Daphne felices estudiando juntos—señala a Blaise—, ustedes dos de viaje por todo el maldito mundo muggle... ¿y ahora hablan de ayudarme?
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Outsider III - Draco Malfoy
FanficUn año después de la Segunda Guerra Mágica, y de derrotar a Lord Voldemort, nuestro cuarteto preferido remonta sus aventuras. Sin embargo, sus aventuras ahora son diferentes: problemas en el matrimonio, hijos, trabajos nuevos, y el dolor de la pérdi...