Capítulo 21: Navidad

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24 de Diciembre, La Madriguera.

19:08.


—¡Mira cómo luces, Draco! Pareces muerto —ríe Ava, señalando a su esposo en la fotografía con movimiento que Molly le enseñaba. En ese momento, Draco bailaba el vals con Ava durante la boda de Hermione y Ron, pero lucía borracho e ido puesto que en la ceremonia también bebió más de la cuenta gracias a George.

—Ni siquiera quiero pensar en eso —niega él con su cabeza, avergonzado—, sobre todo en la foto del...

—¡Aquí bailas con George! —interrumpe Ava, quien había estado ansiosa por encontrar aquel momento en el que su esposo bailaba el vals con George Weasley. En el momento de la ceremonia todos estallaron a carcajadas, pero ambos muchachos estaban tan ebrios que no les importó.

—Merlín, ¿por qué me dejaste continuar bebiendo, Ava? —le habla el rubio, observando su baile. 

—¿Arrepentido de nuestra aventura? —le dice George al entrar al hogar, mientras guiña un ojo y saluda a su madre con un beso en la frente. Draco suelta una risita ante el comentario del pelirrojo, la verdad es que últimamente se estaba acostumbrando al humor constante de los Weasley en general. Ava pasaba mucho tiempo en la madriguera, y él no quería ni pensar en que su padre se estaba salvando del beso del dementor por su madre que prácticamente vivía en el Ministerio; Así que él también pasaba su tiempo acompañando a su esposa.

Estar con ella lo distraía, y ella estaba muchísimo más feliz rodeada de sus amigos. Ya que su madre insistió en que no quería cena de navidad, Draco la pasaría con la familia Weasley. Y, a diferencia de aquella cena del dos de mayo, no se sentía incómodo de asistir.

—Ava, qué bueno que pudiste pasar navidad con nosotros —le habla Molly, cerrando finalmente el álbum de fotos que poseía del casamiento. George, mientras tanto, deja su maletín colgado en el perchero de la cocina, y se acerca a saludar a la pareja.

—Sí, lo sé Molly. Cuando recibí otra carta del entrenador del equipo pensé que me dirían que no fuera —dice, pero antes de continuar es interrumpida por su esposo.

—Siempre tan pesimista —murmura él, mientras le sonríe con sinceridad y coloca su mano sobre el muslo de Ava.

—Lo sé —le dice a él, y luego vuelve su vista a Molly y George—, es que me dió miedo. Al final, me escribió para avisarme que el entrenamiento empieza el nueve de enero por problemas con la nieve en el campo.

—Pues mejor, ¿verdad? —le responde George, tomando un muffin de vainilla que Molly había preparado para sus invitados—. Sino, ibas a pasar las fiestas alejada de todos nosotros.

—Es cierto. ¿Cómo harán cuando tengas que irte, Ava? ¿Draco puede visitarte? —pregunta Molly, sin querer metiendo el dedo en la llaga. Draco y Ava habían estado muy tensos últimamente pensando en lo lejos que estarían el uno del otro, Ava estaría en sus prácticas de Quidditch casi todo el día. Mientras que Draco debía quedarse en su hogar con Narcissa. Muy lejos habían quedado las charlas sobre comprar una casa temporal mientras duraran los entrenamientos, ya no era una posibilidad. Draco no podía dejar que su madre lidiara sola el pelear contra el Ministerio de Magia para que a Lucius no le den el beso del dementor.

Tras el silencio incómodo que se produjo en la sala, George le pega un leve codazo a su madre en el brazo para que cambiara de tema.

—Será mejor que prepare la mesa, todos deben estar llegando —dice ella, nerviosa por haber causado aquella situación.

—Te ayudo, Molly —le pide Ava, casi rogando con su expresión que la dejara ayudar para poder distraerse de ese tema tan particular. La mujer pelirroja asiente, por lo que George Weasley comienza a hablar de trivialidades con Draco sobre sus problemas en la tienda.

Outsider III - Draco MalfoyWhere stories live. Discover now