—Hay que agregar un poco de tela en esta parte de... aquí —señala Susie, con una sonrisa un tanto incómoda que le dedica a la futura madre y esposa. Ava le sonríe de regreso, intentando ocultar el nerviosismo que sentía ante tal presión.
Mentiría si dijera que el último mes no se la pasó día y noche comiendo cantidades industriales de comida. En la mayoría de las mujeres, los primeros meses de embarazos suelen ser tediosos por no mantener la comida en la boca. Y, si bien Ava experimenta náuseas matutinas, el apetito permaneció intacto.
Ya llevaba casi doce semanas de embarazo, ya podía confirmarlo si ella quería. ¿Pero cómo? Faltaban solo doce días para su boda, y no creía que fuera el momento indicado para decirle a Draco. Aún tenía un mes más antes de que su barriga realmente comenzara a crecer y comenzara a notarse en frente de todos, así que literalmente cuando volvían de su luna de miel debía decírselo antes de que se entere por otros medios.
Aunque... ¿Cuáles otros medios? La única que sabía era Susie, en su prueba del vestido anterior. Sus labios estaban sellados como una tumba, y además no veía a Susie interactuar con Draco seguido como para que se pueda escapar algo de la chica.
—Es un lindo vestido, Ava —le habla Narcissa desde atrás, con una sonrisa muy extraña. Ava se la queda mirando sin voltear, ya que gracias al enorme espejo que tiene enfrente para observar su vestido, puede ver a su suegra.
¿Desde cuándo su suegra le sonreía? Y sobre todo... ¿Desde cuándo aprueba el vestido que dejó en claro que odiaba?
—Lo sé, gracias —responde algo seca, mientras desvía sus ojos nuevamente hacia su vestido y los detalles que Susie intentaba arreglar.
—¿Y, por qué tantos ajustes? —pregunta curiosa. La mano de Narcissa, decorada por uñas de color rojo intenso y unos cuántos anillos, se posa sobre su propio mentón.
—Debe ser que he ganado peso, estuve comiendo mucho estos últimos días por los nervios —responde Ava, casi como si lo hubiera ensayado. La verdad es lo primero que se le vino a la mente, tras enfrentarse con la leporina lengua de su suegra.
Narcissa se levanta de su asiento y se acerca a la futura novia.
—¿Estás embarazada, verdad? —pregunta directamente, mientras Susie se ahoga con su propia saliva y comienza a toser.
—¿Qué? Pero qué cosas dice Narcissa, claro que no lo estoy.
—Cuando tuve a Draco, muchas de mis amigas y familiares mujeres que habían tenido hijos me envidiaban. Y no lo digo por esa tonta idea de "la piel deslumbrante de una embarazada", sino lo digo porque mi primer trimestre de embarazo me la pasé comiendo el doble de lo que comía normalmente.
—Bueno, tal vez yo sólo estoy comiendo mucho porque me gusta la comida. No precisamente la gente que come mucho es porque está embarazada —se defiende Ava, un tanto agresiva—. ¿O no, Susie?
La pelirroja se sorprende al verse metida en medio de tal conversación, se señala con el pecho dudando de si escuchó que Ava realmente quería su intervención. La castaña le asiente a la pelirroja, casi con una expresión de súplica plasmada en su rostro.
—Sí, es cierto. A mi prima Cassadee le pasó hace unos años, de repente agarró gusto por los postres y luego nos enteramos que estaba esperando a su primer hijo hacía ya cuatro meses y...
—Susie —la corta Ava, y la pelirroja, temblando de los nervios lo único que puede hacer es susurrar un "lo siento" dirigido a la castaña.
Cuando ésta se gira, observa que Narcissa se encuentra a pocos centímetros de ella misma.
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Outsider III - Draco Malfoy
FanfictionUn año después de la Segunda Guerra Mágica, y de derrotar a Lord Voldemort, nuestro cuarteto preferido remonta sus aventuras. Sin embargo, sus aventuras ahora son diferentes: problemas en el matrimonio, hijos, trabajos nuevos, y el dolor de la pérdi...