Capítulo 20: Las luces

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La boda - parte dos.


—¿Hermione? —habla Ava, nerviosa al intentar unir sus neuronas en un plan que pudiera engañar a la mismísima Hermione con estrés de futura esposa. Las probabilidades de que todo saliera bien, y que la castaña no sospechara nada, eran casi nulas.

¿Sí? —pregunta amablemente, desde el otro lado de la habitación.

—¿Podrías llamar a Draco? —pide Ava—. Necesito su ayuda para algo aquí... aquí adentro.

¿Ayuda con qué? —pregunta, aunque en su cabeza Hermione comienza a unir la teoría de que Ava quería tener sexo a minutos de comenzar su boda. 

—Es sólo un pequeño accidente con mi vestido y... —intenta decir Ava, pero una voz masculina adormilada y confundida la interrumpe.

—Ay Merlín... —suspira Ron, con la voz fuerte mientras se gira de posición y sigue durmiendo. El rostro de Ava se pone de todos los colores, la desesperación le corre por las venas.

¿Qué fue eso? —pregunta una curiosa Hermione, acercando su oreja hacia la puerta.

—Yo, es que estuve bebiendo antes de venir y estoy un poco mareada —dice Ava, imitando la voz masculina de Ron sin éxito. Quería parecer borracha pero no sabía cómo, si tan solo hubiese tomado un poco con Draco y George tal vez sería más natural.

Ava, no puedes estar hablando en serio. ¡En el día de mi boda! Por eso es que actuabas tan extraña, pequeña sabandija.

—Vamos Hermione, por favor —le ruega Ava—.  Sólo llama a Draco, te dejaría entrar pero podía vomitar tu vestido y todo sería un desastre.

Bien, tú ganas —dice Hermione, tras unos cuantos segundos de pensarlo—. Pero que sepas que si te llegas a casar de nuevo, me emborracharé yo también.

En cuanto Ava escucha a Hermione cerrar la puerta del dormitorio, se gira nuevamente y queda frente a frente con Ron. El pelirrojo de vez en cuando suelta algún que otro ronquido, o palabras sueltas sin sentido gracias a su sueño. ¿Cómo podría sacarlo sin que Hermione sepa?

¿Preciosa luz de mis ojos? —habla la voz de Draco, golpeando en forma desigual la puerta de madera que los separaba—. Hermione está enojada, está con la Ginna en su habitación.

—¿Cómo convertir a Draco Malfoy en campesino? Con alcohol —habla Ava en voz alta, mordiéndose los labios y secando el sudor de su frente—. Entonces pasa.

Ava abre la puerta, observando con cuidado que Draco entre y cuidando que Hermione no entre de casualidad al dormitorio nuevamente. El rubio se sorprende al verlo a Ron, y el alcohol en sus venas hace que lo exteriorice mejor.

—¿Qué demonios hace él aquí? ¿Por qué dijiste que estaba perdido si lo tenías aquí secuestrado todo este tiempo? —le pregunta a su esposa, y ella pone sus ojos en blanco.

—Estás insoportable. ¡Es obvio que no lo mantuve secuestrado, idiota! —le explica con la voz elevada—. Está borracho y dormido. Ayúdame a cargarlo hasta la cama y tratar de despertarlo, tú quedarás cuidando que Hermione no vuelva de la habitación de Ginny.

—Está bien —asiente Draco de manera desinteresada. 

—Yo tomaré sus pies, tú toma sus manos y caminaremos despacio hasta dejarlo en la cama. ¿Entendiste? —le pregunta a él, mientras se da la vuelta para quedar frente a los pies de Ron, descubriendo que además había perdido un zapato.

—Sí, señora —afirma Draco con una sonrisa, y toma las muñecas de Ron. A su tiempo, Ava se encarga de los tobillos del pelirrojo.

—¿Estás haciendo fuerza? —pregunta Ava, al sentir todos sus músculos trabajar. El cuerpo de Ron era pesado para ambos, necesitaban de al menos una persona más para poder cargarlo más cómodamente. El muchacho estaba bien alimentado.

Outsider III - Draco MalfoyWhere stories live. Discover now