Capítulo 27: Tres deseos

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Cinco de junio, mansión Malfoy.


La aguja del reloj marca las cinco y cuarto cuando los dos amigos de Draco se presentan en la chimenea de la mansión. 

—Feliz cumpleaños, amigo —pronuncia Blaise, mientras se acerca al rubio para darle un amistoso abrazo. Draco acepta el abrazo, palmeando la espalda del moreno, pero mientras se iban a separar para que él salude a Theodore, éste lo toma del cuello y frota su cabello con los nudillos de su mano izquierda.

—¡Theodore! —grita Draco atrapado con el brazo de su amigo rodeando su cuello.

—¡Feliz cumpleaños hijo de...!

—¡Narcissa! —habla Blaise en voz alta, cubriendo la grosería que iba a pronunciar Theo. Por Merlín, había cosas que nunca cambiarían entre los tres y era la forma en que se llevaban.

—¿Cómo se encuentran, muchachos? —habla como siempre, con un tono formal y educado que había perdurado tras los años y las diferentes circunstancias. 

—Muy bien, ¿cómo está usted? —le pregunta Blaise, siempre había tenido cierto respeto hacia la rubia mujer. Jamás había podido tutearla, le inspiraba un aura muy diferente al resto de las personas. Además, su madre siempre había insistido en el respeto hacia las mujeres cuando les habla.

—Bien, gracias Blaise —dice Narcissa, sonriendo con esfuerzo. Hacía tanto que los músculos de su rostro no lo hacían que parecía haber perdido la costumbre.

—Bueno, sabe que hacemos eso de cariño —murmura Theo, un poco avergonzado por ser descubierto ahorcando al cumpleañero por su propia madre.

—Iré a revisar la casa de verano, Draco. Adiós chicos, pasen un rato agradable —le comenta ella, había planeado ir para poner las cosas en orden y también para darle privacidad a Draco para su fiesta. Además, anoche a las doce en punto le dió un regalo que había venido manteniendo hasta ahora. Un hermoso suéter color negro, con el escudo de la familia Malfoy bordado en él. 

—De acuerdo, nos vemos luego —le dice él, con una mueca. Tras un último saludo de despedida de los dos únicos invitados, Narcissa desaparece en la chimenea de la sala.

—¿Y bien? ¿Seremos sólo nosotros? —pregunta Theo, por lo que Blaise lo golpea suavamente con su codo. Él lo mira extrañado, y vuelve su vista a Draco quien lucía más decaído que hace unos momentos.

—Ava y yo estamos separados, Theo —le avisa. Theo estaba a punto de soltar una risotada, ya que creyó que era una broma de su amigo, pero cuando levantó la cara y lo miró entendió que no. Draco lucía devastado, y recién ahora notaba cómo se encontraba su amigo.

—¿Qué? —pregunta sorprendido y hasta un poco desilusionado —. ¿Desde hace cuánto tiempo?

—Estuviste de viaje todo el año, y la verdad es que no quería contártelo por carta —explica el rubio—. Fue hace unos meses, fue por mi culpa.

—No, ustedes jamás pudieron estar separados —niega con la cabeza—. ¿Qué es lo que pasó?

—No hace falta que vuelvas a contarlo, Draco —le dice Blaise, apoyando una mano en su hombro. Él había estado varias noches disponible para Draco cuando quería desahogarse la ira, le había costado un montón hacer que su amigo cuente la verdadera razón por la cual Ava lo había abandonado. Y, sobre todo, estando embarazada.

Outsider III - Draco MalfoyWhere stories live. Discover now