Advertencia: Este capítulo (y los próximos) son de la luna de miel, por lo tanto va a haber muchas, demasiadas escenas de sexo explícitas.
Ava y Draco llegaron al hotel Laucala, dentro de la Isla de Fiji, aproximadamente a las doce del mediodía. Los dos pares de ojos se vieron deleitados al no saber bien en qué mirar primero, teniendo tantos lujos naturales y artificiales frente a ellos. El hotel era algo de otro mundo realmente, cubierto en su totalidad por ventanales enormes que dejaban entrar la luz natural, hermosos muebles de madera preciosos y piscinas enormes por detrás de los gimnasios y del comedor.
El paisaje que los rodeaba parecía estar purificando sus pulmones de ciudad, estaban rodeados de una inmensa madre naturaleza de montañas cubiertas de musgos y rodeadas de árboles de diferentes tipos. La arena blanquecina los recibía a los pies de las cabañas que el hotel tenía distribuidas a lo largo de la playa, y al fondo de éstas se apreciaba el largo y azul océano.
La camisa blanca de tela que vestía Draco comenzaba a pegarse a su torso por el sudor que le producía el sol. Estarían a más de treinta y nueve grados centígrados, por lo que ambos tenían muchas ganas de tomar una ducha o de meterse a las cristalinas aguas que rodeaban la playa.
Por varios minutos observaron y fotografiaron los alrededores de dicho hotel, deleitados con el hermoso paraíso donde vivirían su luna de miel soñada. Ninguno se había reparado en gastos para conocer el famoso lugar elegido para vacacionar, si hacían una fiesta en grande la luna de miel debía ser el doble de grande.
—Bienvenidos al hotel Laucala, mi nombre es Evan y díganme en qué puedo ayudarlos —los recibe en la recepción un muchacho moreno, de cabello largo y envuelto en un rodete muy prolijo. Lleva una camisa roja bien planchada, y en el bolsillo delantero de ésta lleva una placa con su nombre en color dorado.
La recepción es una sala que está rodeada por dos inmensas columnas de mármol oscuro, varios sillones ocupan el centro de la misma, y en el fondo se encuentra el mostrador donde Evan estaba cumpliendo su horario laboral.
Además de que los ascensores se encuentran detrás de las hermosas escaleras caracol que son opcionales para ir a las habitaciones de pisos más cercanos.
Ava estaba encantada con el lugar y no tuvo vergüenza ya que comenzó a toquetear todas las superficies del lugar admirándolas. Tanto ella como Draco habían crecido en familias adineradas, pero éste era un nivel de extravagancia diferente al que la pareja estaba acostumbrada.
Cuando termina de observar todo con lujo de detalles, vuelve a concentrarse en su ahora esposo.
—Tenemos reservaciones en la suite de luna de miel, a nombre de Draco Malfoy —le informa Draco, mientras suelta la mano que llevaba entrelazada con Ava para comenzar a entregarle su documentación y el ticket de reserva que Ava lo ayudó a sacar en la computadora muggle.
—Señor Malfoy... sí, perfecto —habla Evan, mientras sigue tecleando en su computadora los datos de Draco y Ava. Finalmente, les extiende a ambos dos tarjetas de entrada a la suite que les pertenecerá por los próximos quince días—. Vengan, los llevaré a la suite.
La pareja lo sigue, mientras detrás de ellos se encuentra Romeo, quien es el encargado de llevar las valijas a ambos hacia la habitación también. Simplemente las había recibido en silencio cuando la pareja llegó al hotel, y las subió al carro que ahora debía arrastrar.
Una vez que el amplio ascensor cerró sus puertas, Evan les contó el horario de las comidas del hotel. En el mismo había un restaurante de cinco estrellas donde todos los días traían diferentes shows y espectáculos que se daban en el escenario que el restaurante tenía al fondo del salón.
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Outsider III - Draco Malfoy
FanfictionUn año después de la Segunda Guerra Mágica, y de derrotar a Lord Voldemort, nuestro cuarteto preferido remonta sus aventuras. Sin embargo, sus aventuras ahora son diferentes: problemas en el matrimonio, hijos, trabajos nuevos, y el dolor de la pérdi...