1 de septiembre, 1993.
Estación Kings Cross.
Ava Dementy avanza con cuidado por el estrecho pasillo entre los compartimientos del tren. Nuevamente volvía al colegio con muchas expectativas, un nuevo año lleno de ilusiones la aguardaba para empezar con el máximo entusiasmo. Si no fuera por su débil vejiga, estaría todavía riendo a gritos por los chistes que los gemelos seguían haciendo por cualquier cosa.
Era increíble como, en tan poco tiempo, los gemelos resultaron ser sus mejores amigos. Se llevaba con los dos de maravilla, parecería que los conoció antes que a Ron. El pelirrojo la había invitado a pasar las vacaciones junto a su familia, y realmente había quedado fascinada con la familia Weasley.
Además, su verano había sido muy emocionante porque comenzó a hablar con Cedric Diggory, un estudiante más grande que ella en edad que era realmente bonito. Habían conversado justo el último día de clases, cuando accidentalmente uno de los amigos de Cedric la golpeó con el codo por estar haciendo cosas de chicos. Él había sido muy caballeroso en disculparse, y ella sólo pensó que era por educación. Sin embargo, siguieron hablando durante casi todo el viaje vuelta a Londres, y terminaron hablando por cartas todos los meses siguientes. Mentiría si dijera que no estaba un poco nerviosa por verlo.
Draco Malfoy la visualiza, desde el fondo del pasillo y con una mirada sombría.
Ahí estaba, la otra mejor amiga de Harry Potter, la que quedaba soslayada siempre de sus insultos. Le divertía mucho insultar a Hermione Granger por ser una sangre sucia, y Merlín... ¡Cuánto disfrutaba demostrarle a Ronald Weasley que él era rico! Odiaba que aquel niño con cara regordeta y llena de pecas fuera amigo del prestigioso (y sopenco) Harry Potter. El niño que sobrevivió.
Notó que casi nunca la insultaba. ¿Por qué sería que no podía hacerlo? Después de todo, cualquier miembro de la casa de Gryffindor merecía sentirse despreciado. Sabía que la mocosa era de familia adinerada porque siempre deambulaba por el castillo con túnicas nuevas, le llegaban infinidades de paquetes por mensajería con golosinas y regalos para ella y sus amigos.
También sabía, por buenas fuentes, que era de linaje puro. Según su padre, era una de las pocas Gryffindor que tenía un linaje dentro de todo respetable. Sin embargo, como toda Gryffindor, resultó ser una traidora de la sangre, desperdiciando todo el potencial que podría aumentar en Slytherin. ¡Qué horror! Jamás entendería ese estúpido pensamiento sobre ser bueno con las personas más débiles e inferiores que uno mismo. Jamás se le ocurriría a él, el gran Draco Malfoy, arruinar así el apellido familiar.
¿Qué podría decirle? Siempre tenía muchísimo más material para molestar a Granger y Weasley, incluso al tonto Potter. ¿Pero qué podría decirle a esa chica?
—Lo siento mucho —le dice una dulce voz de chica, tras haberlo chocado al pasar por el pasillo. Ese algo que lo chocó era una persona, llevaba túnica de Gryffindor y el cabello largo y oscuro. Cuando él se pone de pie le extiende por mera cortesía la mano a aquella persona —. Fue culpa mía, venía distraída.
—No es nada —responde él de manera desinteresada ya que su túnica seguía impecable, y en cuanto se pone de pie la reconoce. Era ella. ¡Era la chica! La tonta amiga de Harry Potter, la despreciable chica con perfume de vainilla y mirada desafiante
—Ah, eres tú Malfoy —le dice en cuanto lo reconoce, con enojo en su tono de voz. El dulce tono que utilizó para disculparse ya había desaparecido—. No me sorprendería que lo hayas hecho a propósito.

YOU ARE READING
Outsider III - Draco Malfoy
FanfictionUn año después de la Segunda Guerra Mágica, y de derrotar a Lord Voldemort, nuestro cuarteto preferido remonta sus aventuras. Sin embargo, sus aventuras ahora son diferentes: problemas en el matrimonio, hijos, trabajos nuevos, y el dolor de la pérdi...