Outsider III - Draco Malfoy

Capítulo 32: Vodka

Parte 1

19 de septiembre, 16:48

—¡Feliz cumpleaños, tía Hermione! —le dice Ava con una sonrisa, mientras sostiene a su pequeño hijo regordete en sus brazos.

—Hermoso niño, ven con tu tía —responde Hermione, extendiendo sus brazos para tomar al niño que la veía con ojos curiosos. Ella lo alza en cuanto Ava se lo pasa, y lo observa detenidamente —. Eres tan Malfoy, niño. ¡Sacó todos sus rasgos! Ava, debes hacer algo.

—Lo siento Granger, pero es mi hijo —responde Draco siguiendo el chiste —. Feliz cumpleaños.

—Gracias, pónganse cómodos. Ron está terminando de poner la mesa —les habla, totalmente embelesada con el niño rubio de ojos grises que sostiene en sus brazos. Ella lo hamaca, le habla con voz tierna y le enseña todos los rincones la casa.

—Te dejo los regalos en el sillón, Herms —le avisa Ava, pero su amiga simplemente asiente tras quedarse hipnotizada con su hijo —. Creo que deberíamos cambiarla, debería ser la madrina.

—Sí, Blaise fue vomitado y no lo tomó muy bien —recuerda Draco con una risita satisfactoria, mientras se acerca a Ava para hablarle en complicidad —. ¿Cómo crees que Potter se vea limpiando vómito de mi hijo?

—Eso es porque con Theo lo estaban molestando después de comer —le responde, mientras se acomodan en un extremo de la mesa, en ella Ava apoya las dos botellas de vodka que llevó —. No sé si Harry pueda manejar esto de ser padrino, digo, no lo veo con muchas habilidades para el arte de cuidad un niño. Técnicamente, él sería el guardián legal de Scorpius si algo nos sucediera.

—Potter jamás hará bien ese trabajo, lo criará mal para que sea un...—comienza a decir, y en cuanto le pone atención a Hermione con su hijo en brazos le lanza una venenosa mirada hacia su esposa —. ¿Hacía falta que le pongas un conjunto de Gryffindor?

—¿Qué? —le contesta de manera inocente y desinteresada, a pesar de que sabía perfectamente a lo que su esposo se refería —. Vamos Draco, son sólo colores. ¿Qué tiene de malo?

—Tiene el escudo de Gryffindor en la espalda, Ava —le dice de mala manera, ella había sido muy hábil en cubrirlo con la manta antes de partir. Sabe que jamás aceptaría que su hijo saliera en público con esas pintas.

—¿Y qué?

—¡Tiene cabeza de león!

—Vamos Draco, tú sabes que él será de Gryffindor. Lo siento, somos mayoría —se disculpa Ava con falsedad —. Además, siendo ahijado de Harry Potter ¿qué podías esperar?

—Te voy a matar —le advierte con su dedo índice, mientras ambos toman asiento en el comedor.

—Cálmate, si Molly o Arthur escucharan cómo hablas te lavarían la boca con jabón.

—Malfoy, nos cruzamos de nuevo —le dice Ron, tras extender su mano para saludarlo. Había entrado sigilosamente tras buscar en el depósito de su padre las velas para la torta de Hermione.

—Hola pelirrojo tontito —saluda Ava risueña, poniéndose de pie para abrazarlo —. ¿Cómo has estado?

—Muy bien. ¿Qué les pasó a ustedes? Merlín, lucen como la mierda —habló él de manera sincera, era muy notorio el cansancio de ambos marcados en ojeras negras bajo sus ojos.

—¡Grosero! —se queja la chica —. ¿Sabes lo que es tener un niño que sólo duerme de día? Literalmente tuvimos que cambiar nuestro horario de sueño para poder turnarnos y cuidarlo, ya lo verás tú mismo.