Outsider III - Draco Malfoy

Capítulo 12: Sí, quiero

Las manecillas del reloj enorme y de color rosa pálido que se encuentra en el medio del salón marcan las cuatro en punto. Margareth Simmons, la organizadora de la boda, comenzó con todos los preparativos que debía realizar para que, en una escasa media hora, los invitados lleguen y tengan todo servido.

Con ayuda de su varita comienza a enviar las cien mesas por el aire, donde cada una comienza a acomodarse de manera ordenada por todo el patio trasero del salón. Una lluvia de manteles de tela blanca de encaje vuela y se posa sobre las maderas oscuras de la mesa haciendo un bonito contraste, y pronto los arreglos florales se encajan en el centro de las mesas. 

Deja las puertas francesas abiertas, dejando que así también se viera la decoración del salón interior donde la ceremonia sería llevada a cabo. 

—Margareth, ya tenemos a la banda —le avisa Frederick por detrás de ella, haciendo que la elegante y refinada mujer se girara y lo observara—. ¿Dónde los colocamos?

—Síganme, por favor —les dice, ignorando a su interno. El grupo de nueve músicos, incluido el director de orquesta, sigue a Margareth arrastrando unas hermosas túnicas de color blanco.

—¿Necesitan algo antes de empezar, señores? —pregunta amablemente Margareth, observando que todos hayan cumplido las normas que había dejado muy en claro la señora Narcissa Malfoy. Todos debían vestir de blanco hueso, para quedar sofisticados y para no contrastar con el blanco puro que utilizaría Ava en su vestido.

—No, muchas gracias. Ya comenzaremos con la práctica, y cuatro y media comenzamos con la música —le avisa el director, siendo el vocero del grupo completo. Margareth asiente, y se acerca nuevamente a Frederick para terminar con los detalles del lugar.

Él ahora se estaba encargando del salón interior, acomodando los bancos en prolijas filas, mientras sobre su cabeza los arreglos florales se iban colocando sobre los bancos. Unas hermosas rosas blancas se encastran en la punta de los bancos que da hacia el pasillo que ellos mismos forman, pasillo donde desfilaría la novia a las cinco y media. Además, las ramas que salían de las rosas comenzaban a cubrir a los bancos desde la parte de atrás gracias al encantamiento extensible que realizaba Frederick. 

Conforme con que Frederick seguía su visión, y muy sorprendida sobre las nuevas ideas que traía su nuevo interno, sigue con sus tareas. Una vez que los invitados llegaron, la alegre mujer los recibe con una sonrisa radiante. Ella llevaba puesto un vestido negro muy sobrio y común, y un peinado trenzado en su corto cabello de color dorado.

Les informa a todos los recién llegados que pueden dejar sus abrigos en el perchero con nombre, aunque no muchos invitados llevaba otra prenda gracias al hermoso clima que les tocó. Pronto, los guía hacia el patio trasero donde están esperando los aperitivos principales que Narcissa ordenó. Las mesas flotantes estaban repletas de pequeños platos de mármol gris con la comida servida de manera muy prolija y sofisticada. 

Frederick por su parte, contó rápidamente en su cabeza cuántos invitados ya habían llegado, y comenzó a llevar las copas de champagne flotando mientras las botellas aparecían para llenarlas. Así, una vez que los invitados se acercaban a las mesas para probar los bocadillos, las copas se dirigían a ellos para ser bebidas.

—¡Mira, Molly! Este bocadillo es muy delicioso.

—Arthur, por todos los cielos compórtate —refunfuña su esposa—. La familia Malfoy está aquí y van a creer que somos bárbaros.

—Mamá, realmente debería importarte una mierda lo que esos rubios estirados piensen de nuestra familia —habla Ron con la boca llena de bocadillos de queso—. Siempre han hablado pestes de nosotros, y ésta no será la ocasión.