Un crimen sin pistas, reabre los casos sin resolver atribuidos a un asesino en serie. Una pareja de detectives deberán armar aquel rompecabezas , corriendo contra el tiempo, ya que el viajero está empeñado en dejar su marca.
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Observaba el televisor que le devolvía la imagen de alguien conocido en la pantalla, la noticia que se desarrollaba en la ciudad era de lo más interesante. Esperaba a que él despertara. Y para pasar el rato afilaba su cuchillo, lo cual solo estaba destinado para calmarlo. Había esperado tanto ese momento, que ahora que lo tenía tan cerca, temía que algo saliera mal, como a veces había ocurrido en el pasado. En ese instante subió el volumen para escuchar la nota periodística:
— ... Desde aquí se puede ver la devastación causada, al parecer por un ataque con granadas a la delegación Independencia. De acuerdo a los cuerpos de socorro, se contabilizan doce fallecidos y una cantidad aún no determinada de heridos, entre agentes policiales y civiles. Estaremos en el lugar de los hechos informándoles de lo ocurrido todo el tiempo que sea necesario. Para Trece Noticias...Karla de Steinau...
El sujeto regresó a su rutina, pero fue en ese momento que escuchó un murmullo a sus espaldas.
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Dolor. Solo había dolor. Todo su cuerpo estaba entumido. El mundo de pronto se había convertido en un lugar de sensaciones. La cabeza la sentía a punto de estallar, un latido pulsante era percibido en la parte frontal de su cráneo. Las muñecas le ardían porque la piel estaba escocida debido a las esposas de plástico que lo ataban a un tubo de metal que estaba sobre él.
Sus hombros parecían estar dormidos debido a que su cuerpo colgaba de aquella cañería, pero pudo resolver ese problema ya que colocó sus pies de forma que lo sostuviesen, lo hizo con lentitud y cuidado, aunque todavía tenía los brazos alzados. Estaba descalzo sobre una bañera blanca, la superficie de la misma era fría, y fue esa sensación en su piel lo que terminó por despertarlo.
Y en ese momento sintió su propio hedor, olía a vómito, como a borracho consuetudinario. Además el regusto en su boca le devolvía un sabor más que acre.
Empezó a ver a su alrededor para ubicarse donde estaba... lo primero que vio fue un espejo perteneciente al botiquín de un cuarto de baño que le devolvía su lamentable reflejo. Se sentía más débil que nunca. Suponía que estaba deshidratado. El sitio era el epítome de la limpieza. Las paredes eran de azulejo de color crema y la bañera era de tipo antiguo, de loza.
En ese instante vio que cerca de la puerta, y sentado sobre un banco estaba un sujeto. Este afilaba un cuchillo, mientras observaba la televisión. Desde su posición solo observaba la mitad de la pantalla, de repente su atención quedó galvanizada en la nota periodística que mostraba lo que sucedía en la ciudad. Se quedó estupefacto por lo que solo alcanzó a decir en voz baja:
— ¡Mierda!
— ¡Vaya! Al fin despiertas, detective...— dijo el hombre volviendo el rostro.
Wilmer lo observó con una mezcla de resentimiento y sorpresa. Solo tenía una duda en ese instante, la misma que tuvo mientras se desmayaba: