— Dios se manifestó ante Job por medio de una tormenta... Es en medio de las tempestades que Él nos muestra su verdadero rostro. — dijo el joven doctor de forma compasiva a la mujer postrada en aquella cama de hospital.
Ella sonrió a pesar de su dolor, ya que la compañía del residente, le había infundido bastante ánimo, luego de un día entero en el nosocomio. Durante la mañana y luego de haber intentado desayunar, había sufrido una descompensación, y con la asistencia de su mejor amiga ingresó en aquel sitio.
La señora fue muy enfática con su acompañante para que no le avisara a su hijo hasta que fuese necesario. No quería que él se preocupara en exceso. Por ello, fue que la amiga le había anunciado a Wilmer acerca del estado de salud de su madre hasta muy entrada la tarde.
Para ese momento Ivette de Alpízar, se encontraba estable. Y los últimos veinte minutos había estado de lo más entretenida hablando con aquel encantador doctor. El muchacho era un residente del área de oncología. Se había preocupado en exceso por el bienestar de la paciente. Y ahora, estaban platicando de las pruebas de Dios y la fortaleza ante las mismas. La señora planteaba sentirse como Job, el personaje bíblico. Ella estaba clara que aunque encaraba un pronóstico reservado, la fe en su Dios era su baluarte ante la adversidad. Y él había hecho una exposición muy docta acerca de las implicaciones teológicas del dolor.
— Lo cierto es que Dios nunca le contesta a Job, solo le pregunta donde estaba él cuando se realizó la creación del mundo... Y al final solo le agrega más misterio respecto al origen del dolor humano. — comentó el médico con aire pensativo.
— ¡Ayy! Doctor, debió estudiar para sacerdote... tendría una iglesia llena de gente oyéndolo con sus palabras de aliento — respondió la paciente con una sonrisa discreta.
— Soy bueno escuchando....Lo cierto es que estoy dándome un descanso en esta ronda....ya llevo más de un día en el hospital, y hablar con alguien cómo usted es refrescante — comentó de forma confidencial el galeno.
— Nunca conocí a un médico religioso. La mayor parte de sus colegas son bastante arrogantes — dijo la paciente con una risita.
— Tienen el "complejo de Dios" bien marcado. Pero en esta área del hospital, uno lidia con el dolor y la pena, y siempre es necesario tener la palabra justa. No todo es regañar al paciente... Mi padre era bastante católico... y se encargó de educarme de forma cristiana.
— ¿Era su padre Eladio Buenaventura? El que fue alcalde en Ozelotepec...y que pudo ser gobernador del estado...si no...
— Si no hubiera muerto en aquel accidente tan infame — concluyó el médico con semblante triste.
— Perdone....no quise...
— No importa. Mi padre es mi ejemplo a seguir. Y ahora trato de ser el mejor médico posible, ya que lo que soy se lo debo a él.
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LA MARCA DEL VIAJERO
Misteri / ThrillerUn crimen sin pistas, reabre los casos sin resolver atribuidos a un asesino en serie. Una pareja de detectives deberán armar aquel rompecabezas , corriendo contra el tiempo, ya que el viajero está empeñado en dejar su marca.