El viajero observaba el techo de su habitación mientras intentaba descansar. Acababa de regresar a su casa. Las largas ausencias que formaban parte de su quehacer profesional empezaban a ser fastidiosas. Tenía mucho en qué pensar.
Acariciaba una pieza de cristal que pendía de su cuello al tiempo que planificaba su próximo paso. Los informes eran contradictorios en sí mismos. Por un lado una detective novata llevaba su caso. Y su antagonista la asesoraba. Ese par había creado una alianza inesperada que no auguraba nada bueno para sus intereses. Pero, según la grabación de audio, estaban sin pistas.
La pregunta real era:
— ¿Eso era cierto? O ¿Acaso tenían una pista y aún no habían logrado hacerla embonar en aquel rompecabezas?
Pero la especulación no lleva a nada, pensó. Solo quedaba una opción: Pasar a la ofensiva. Al final, se dice, que la mejor defensa es el ataque.
Se levantó inspirado y encendió su computadora para hacer una llamada a un miembro de su red de apoyo. La limpieza de la operación debía ser quirúrgica... ¡Como siempre!
En esas estaba cuando una duda nubló su perfecto plan...
— ¿Quién sería primero? ¿Su viejo enemigo o la detective aficionada?
De repente, recordó un hecho fundamental que retrasaría un poco su horario. Tenía un "bollo" en el horno a la espera de ser cocinado.
— ¡Cuánta negligencia de mi parte! — pensó.
Debía ir a "la casa de los muertos" para despachar a la cliente en turno. Luego limpiar a conciencia el lugar, ya que si se iba a iniciar una operación para neutralizar a los detectives, era imperativo tener toda su concentración enfocada en esa tarea nada más.
Con ese pensamiento en su cabeza, se cambió de ropa, y partió en su automóvil a toda prisa.
ESTÁS LEYENDO
LA MARCA DEL VIAJERO
Misterio / SuspensoUn crimen sin pistas, reabre los casos sin resolver atribuidos a un asesino en serie. Una pareja de detectives deberán armar aquel rompecabezas , corriendo contra el tiempo, ya que el viajero está empeñado en dejar su marca.