LA NAVAJA Y SUCEDANEOS

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Despertó casi al anochecer. Su estómago estaba protestando ya que no había comido casi nada durante los últimos días. Bajó a la cocina y al abrir la refrigeradora descubrió que casi estaba vacía. En el fondo había un cartón de leche, revisó la fecha de vencimiento y viendo que aún era comestible, procedió a tomar aquel líquido con celeridad. Luego regresó a la segunda planta, caminó hasta su cuarto y se fue directo a la cama donde siguió durmiendo durante las siguientes horas.

Más tarde se incorporó con una sensación de resaca. Estaba deshidratado. Tomó agua y empezó a buscar algo que hacer para pasar el rato. Se fue a la habitación de su madre, y empezó a registrar un mueble antiguo. En una de las repisas más altas lo encontró. Encerrado en una caja de madera, estaba la vieja pistola de su padre, una Smith & Wesson de calibre treinta y ocho. Con paciencia y un proceder metódico, empezó a limpiar el arma. La desarmó y engrasó las piezas del mecanismo. En la misma caja encontró las balas, por lo que luego de terminar con el revólver, cargó el tambor.

Luego por las siguientes horas miró fijamente el artefacto pensando en aquella idea obsesiva. Al final, se sintió muy mal al respecto por lo que procedió a remover los proyectiles y colocó la pistola de regreso en el mueble.

Bajó a la cocina donde despachó un paquete de galletas junto con el último remanente de leche. Su cansancio no menguaba por lo que se fue a dormir de nuevo. Por suerte al entrar a la casa había desconectado el teléfono y su celular. No deseaba hablar con nadie. Si "Vainilla y chocolate" querían hablar con él ya sabían dónde vivía.

Durmió más por las horas siguientes. Pero, de repente, despertó cerca de las tres de la madrugada del lunes con una idea clavada en la mente. Se sentó a la orilla de la cama y en la oscuridad empezó a pensar.

Debía sacar el componente emocional de la ecuación, y en vez de buscar un porqué tenía que ver todo el asunto desde el punto de vista de la consecuencia para entender la motivación.

El primer hecho concreto es que el detective A y su compañero B, estaban realizando una investigación de campo. Ambos se habían separado para cubrir más terreno en aquel sitio. Y entonces, el detective A sufre un accidente. B recibe un mensaje de ayuda y logra salvar a su compañero.

Respecto al segundo hecho, se podía decir que en la espera de noticias respecto a la salud de A, aparecen, de pronto, esos sabuesos tontos y arrestan a B. Y surge la primera interrogante: ¿Por qué llegaron tan rápido?

B es acusado de intentar asesinar a A y todo se vuelve complicado. ¿Cómo, ese par nefasto había llegado a la conclusión que A había sido empujado? ¿Cómo sabían que no había sido un accidente?... ¿Accidente o atentado, ese era un hecho a esclarecer?

Y la consecuencia....se le hizo rebuscada, pero al pensarlo un poco, era un tanto atemorizante: la división de investigación de la delegación La concordia estaba neutralizada. Solo quedaba un detective que a duras penas podía calificarse de competente. Por ello... ¿Había alguien interesado en que ese escenario se realizara?... Debía empezar a pensar quien se beneficiaría si ellos dejaban de investigar sus casos...pero al hacer eso surgían demasiados nombres. ¿O acaso había alguien en la corporación que estaba interesado en sacar a B del camino?

Elucubró por un rato, y rumió aquella posibilidad con fruición, pero al instante, se coló entre un resquicio de aquella construcción mental, algo que invalidaba su tesis. Nadie más que A y B sabían que irían a aquel sitio...primer callejón sin salida.

Luego pensó en Melisa, ella vivía acusándolo de darle demasiadas vueltas a las cosas. A veces la solución más obvia era la indicada...navaja de Ockham y sucedáneos. Pero él pensaba que si atacaba el problema desde distintos ángulos, a veces, podía realizar saltos intuitivos para resolver las situaciones...Entonces encauzó su mente en otra dirección.

¿Y si había alguien más en la fábrica aparte de él y Melisa? Se concentró y empezó a perfilar una hipótesis plausible: qué tal si el vigilante no estaba ausente después de todo, sino dentro de la propiedad. De repente se había encontrado a su compañera, confundiéndola con una ladrona. Y la había atacado dando como resultado la caída de la joven. El sujeto al percatarse del hecho había huido, y en el proceso había encontrado su nota y se había desecho de la misma. De acuerdo a los tipos de Asuntos internos, el papel escrito por él no había sido encontrado.

Examinó esa posibilidad, encontrándola como una solución viable. Además era obvio que el polaco y su compañero no eran detectives de verdad, solo buscaban culpables cual modernos inquisidores. Un policía en la cárcel era un logro para ellos.

Los análisis, claro está, eran inocuos e inútiles, si no se encontraba manera de probarlos. Pero ahí estaba él, encerrado en su casa a la espera de lo inevitable: captura, juicio y condena.

Entonces otra idea se abrió paso en aquel mar de dudas e hipótesis incomprobables. Tenía que actuar.

Garrido había sido claro, no salir de la ciudad y no acercarse a Melisa. Pero no dijo nada de no realizar investigaciones....Estaba en un problema serio, y meterse en otro ya no hacía diferencia alguna...Además también había recomendado que buscara asesoría legal, pero para ello debía contratar a un abogado.

Y recordó que hacía unas semanas mientras estaba de compras en el supermercado se encontró a un ex compañero del colegio, un abogado llamado Nilson Deras. El tipo le había dado una tarjeta de presentación ya que tenía un bufete legal en el centro, podía contactarlo por teléfono y para adelantar algo de su defensa, regresaría a la fábrica para verificar la escena del crimen, así confirmaría si, en realidad lo que le había pasado a Melisa era un accidente o un acto provocado, y de paso cuestionar al vigilante por sí su teoría era correcta.

Para ese momento ya empezaba a amanecer por lo que decidió tomar una ducha y prepararse para salir de la casa a esclarecer aquellos hechos. No iba dejar su destino en manos de aquellos imbéciles. Y con aquella idea en mente decidió pasar a la acción.

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