CONVERGENCIA

40 7 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mientras Salama se rendía ante los encantos de aquella aspirante a periodista investigativa, los detectives más jóvenes de la delegación se habían separado de forma temporal para trabajar en sus respectivos casos.

Alpízar visitaba un negocio del barrio que estaba ubicado sobre el "Paseo México", que era más bien conocida como "la calle del repuesto". El sitio estaba plagado de talleres automotrices, autolavados y ventas de accesorios.

El investigador platicaba con un sujeto mayor que era un amigo de su familia.

— Esa es tecnología antigua...me estás hablando de radiofrecuencias y de mecanismos para interceptar códigos PKE.

Wilmer se le quedó viendo con una mirada de incomprensión, haciendo que su interlocutor aclarara.

— Es obvio que el tipo de la capucha ha usado uno de esos aparatos interceptores, es por eso que robó tan fácil ese Mercedes.

El detective acababa de mostrar en su celular, un video de una pobre resolución donde se mostraba el hurto de un vehículo estacionado en un centro comercial. Contrario a la creencia de Wilmer, el ladrón no forzó la cerradura o trató de introducir alguna pieza de metal por la ventana. Simplemente se había parado cerca del automóvil, esperó unos segundos, y luego lo había abordado, saliendo del lugar sin despertar sospechas.

Debido a la lejanía de la cámara, y que el delincuente iba ataviado con un suéter con capucha, no se podía revelar nada de la identidad del tipo. Así Wilmer, tuvo la idea de visitar a Israel Contreras, dueño de una venta de repuestos. El hombre había sido amigo de sus padres, y no puso trabas para contestarle aquella consulta al detective.

— ¿Sabe dónde se puede conseguir esa clase de aparatos?

El sujeto hizo un gesto con las manos señalando hacia la calle, y sonriendo de forma irónica respondió:

— ¡En todos lados! Los venden en internet por unos pesos, o alguien que sepa de electrónica te arma uno bien personalizado...

Wilmer puso una cara contrariada porque hasta ahí llegaba su consulta. Tenía unas huellas, y un posible sospechoso, pero con ese "modus operandi", el ladrón podía estar enfrente, y llevarse cualquier carro en sus narices.

El señor Israel se quedó pensando con un aire abstraído, y luego de un rato dijo:

— Sabes...hace como un año vino un fulano preguntando por algo similar. Quería que le armáramos un interceptor de radiofrecuencias. Traía mucho dinero en una maleta. Y ofrecía pagar al instante... Pero obvio, yo lo mandé a la mierda. Yo tengo un negocio decente y no me meto en ese tipo de cochinadas.

— ¿Qué aspecto tenía?

— Era un vago. Calvo y malencarado. Lo que me llamó la atención era que montaba una Yamaha YZF-R6 plateada. Y su brazo izquierdo estaba tatuado para parecer un brazo de robot...con engranes, circuitos y no sé qué más...

LA MARCA DEL VIAJERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora