8.

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Scorpius estaba cansado, había tenido que despertarse muy temprano en la mañana para tomar el traslador. Pero no tanto como Albus, que caminaba como si fuera un Inferi por los pasillos del hospital.

- No tenías que venir Al. Yo podía solo, en serio- Lo escucho decir suavemente después de que el  soltara otro bostezo.

Albus no le respondió y continuó caminando junto a su amigo en silencio. Scorpius suspiró y miró hacia la espalda del Señor Potter, que caminaba con paso firme al frente.

Comenzó a ver a una gran cantidad de aurores rodeando una puerta en particular. Volteo la cabeza hacia el rubio y lo vio fruncir el ceño. Sin que el otro lo notase, se acercó a él protectoramente.

Para su mala suerte Harry se paró en seco en frente de aquella puerta y quizá una docena de magos.

- Muy bien chicos, primero entrare yo ¿sí? Después pasarás tu Scorp... Solo – Aclaro dirigendose a su hijo, él sólo respondió con un puchero.

- ¿Está bien?- Continuó. Una vez que los dos asintieron, el hombre-que-vivió se volteo hacia el resto de los del ministerio.

- Váyanse a comer algo de media-mañana. Hicieron un buen trabajo chicos- En menos de un minuto, el pasillo estaba casi vacío. Y seguido eso, entro a la habitacion.

- Por fin- Masculló Albus.

Cuando estuvieron solos, ambos se apoyaron en el pilar que estaba al frente de la puerta en un silencio cómodo.

 El de pelo azabache se cruzo de brazos y miró a Scorpius de soslayo, noto como parecía estar más disperso y comenzaba a apretar sus nudillos.

Ansiedad. Advirtió al instante.

- ¿Estas bien?- Le pregunto arrugando la frente.

- Si- Respondió sin mirarlo. Él suspiro, no podía culparlo de no confiar en él después de haberse comportado como un inepto durante meses, pero no iba a hacer como que no pasaba nada, no ahora.

- Draco está bien, no pasa nada ¿sí? Estoy contigo.

Scorpius parpadeó perplejo. Después de un largo silencio, confeso:

- Me recuerda a lo que paso con Mamá. Es como si... Pasara por todo de nuevo- Murmuró cabizbajo.

Albus miro detrás del hombro del rubio, pensativo. Frunció el ceño cuando diviso a un hombre de apariencia extraña acercándose desde el final del pasillo, que estaba inquietantemente vació. 

Tenia un mal presentimiento.

- Yo creo que...

- ¡SECTUMSEMPRA!

Sin pensarlo dos veces, el de pelo azabache empujo a Scorpius al suelo y dejo que aquel destello brillante le diera de lleno en el pecho. Cuando comenzo a sentir los cortes cayo al suelo.

- ¡Ah! ¡SCORP!-

El rubio no tuvo tiempo de reaccionar,  ya que apenas se puso de pie alguien lo agarró por la espalda y le clavo la varita a un lado de la cabeza.

- Quédate quieto- Murmuró en su oído.


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