6.

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Pasaron dos semanas desde el incidente con Scorpius y las cosas habían mejorado notoriamente. Albus y él volvían a ser los amigos de siempre, e inclusive se veían un poco más cercanos que antes.

Le llenaba de calidez lo atento que el ojiverde había estado siendo con él. Sabía que era por culpa, pero no le importaba. Él ya se había disculpado, y lo perdonaba. Por lo que ahora estaban bien.

El Potter siempre estaba atento, y también a la defensiva. Amaba la determinación que aparecía en sus ojos cuando James se metía con él, o, como ahora, que se había quedado cuando su Padre le había pedido hablar a solas con Scorpius a la hora de la cena.

Harry suspiro estrepitosamente cuando noto que sería imposible mover a su hijo del lado de su amigo.

- Scorp, mañana podrás visitar a tu Padre, el ministerio decido bajar la seguridad a su alrededor, ya que hace unos días atrapamos a la mayoría de los Mortifagos que intentaban atacarlo- Scorpius asintió con un mal trago en la garganta, él no tenía idea de que habían estado persiguiendo a su Padre.

- Saldremos temprano en la mañana- Agrego el Señor Potter antes de hacer un hechizo no verbal para que todos los platos volaran hacia el fregadero

- Okay- Respondió en un hilo de voz.

No estaba listo para ver a su Padre.

- Papá- Lo llamo Albus, provocando que Harry se volteara antes de salir de la cocina- Yo también voy- Su Padre asintió en silencio, y se fue sin replicar.

Cuando estuvieron solos  Albus rozo la mano de Scorpius para que este saliera de su trance.

- Ey, Scorp, ¿Vamos arriba?- El rubio asintió.


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