3.

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- Creo que lo nuestro no está funcionando- El Malfoy quitó su vista de la ventana sorprendido y miró a su novia sentada al otro lado del compartimiento. Al ver la determinación de sus ojos, tragó en seco.

- Yo... Me parece bien- Rose apretó los puños.

- ¿Solo vas a decir eso?

- Eeh...- Scorpius se encogió de hombros. No sentía nada. Es decir, si le daba pena ella, pero realmente tener una relación o no con la Weasley ya le daba igual.

Eso la descoloco- Siempre eres tan... tan- Noto como los ojos de Rose comenzaban a ponerse cristalinos.

Vamos, dilo.

La reto en silencio, pero la chica pareció rendirse a mitad de la oración.

- ¿Sabes lo horrible que es intentar ayudar a tu novio y que no quiera emitir ni siquiera una mísera palabra? ¿Que se vea completamente vacío todo el tiempo, y no deje que nadie lo ayude?- Scorpius la miraba neutro- Yo... Intente ayudarte ¿Bien? Cuando internaron a tu Padre intente estar contigo y tú lo único que hacías era evitarme.

Tú también me evitabas cuando veías como me golpeaban en los pasillos.

Ella continuó – En vacaciones... No era así, simplemente no eras... No puedo ver en ti ni siquiera una parte de ese Scorpius que se preocupaba por los demás y tenía lleno de vida los ojos todo el tiempo. Ahora solo queda... Una mierda seca y vacía.

Sus palabras lo hirieron más de lo que le gustaría admitir.

Él lo sabía, Scorpius sabía que había evitado enviarle cartas desde Navidad, y cuando regresaron al colegio ya no era lo mismo.

Sabía que solo era un muñeco vacío que lo único que hacía era ocupar espacio. Pero no podía evitarlo.

La pelirroja pareció darse cuenta de la horda de pensamientos negativos que acababa de soltar, ya que apenas terminó de decir esa oración, lo miro arrepentida.

- Yo... No quise...- Scorpius la interrumpió.

- ¿Tienes algo más que decir?- La Granger- Weasley guardó silencio- Pues si no tienes nada más que decir Rose, solo vete.

- Scorpius yo...

- ¡Listo! ¡Terminamos! ¿Porque sigues aquí? ¡Vete, Rose!- Le señalo la puerta. Sabía que después él se arrepentiría de su arrebato, pero en ese momento le importaba una mierda.

Los ojos de la pelirroja se llenaron de lágrimas- E-está bien... Nos vemos...- Ella camino hacia la puerta. Pero antes de salir, se volteó hacia él y le dijo:

- Ojala puedas recuperarte- Le dio una pequeña sonrisa- Sé que el chico del que me enamore está ahí en alguna parte.

Y entonces, salió del compartimiento. Una vez solo, el Malfoy apretó los puños y miró hacia la ventana nuevamente.

Vacío.

****

Cuando el Expreso Hogwarts se detuvo en la estación, el ojigris no pudo evitar soltar un largo suspiro y echar la cabeza hacia atrás.

Cerró los ojos.

Por fin.

Su quinto año había terminado.

Cuando escucho que la puerta se abría, el relajo los hombros.

Se preparó mentalmente para encontrarse con Rose trayendo una disculpa en la punta de la lengua, pero cuando se volteo hacia la persona que lo miraba en silencio desde la pared del compartimiento, soltó un respingo.

- Mi Padre quiere hablar contigo- Explico Albus vistiendo unos pantalones azules y una camiseta Muggle.

El rubio quiso golpearse a sí mismo. Había olvidado quitarse el uniforme antes de llegar a la estación de King Cross, y comenzó a sentirse frustrado.

Ya que había sido capaz de sufrir un ataque de pánico cada vez que recibía una carta de Harry Potter a lo largo del año, el Malfoy dejo de responderlas a mediados de Marzo, y estas comenzaron a ser cada vez más y más frecuentes en su correo por las mañanas.

 El simplemente supuso que si su Padre empeoraba probablemente se enteraría por el diario o las burlas de sus compañeros.

Cuando las cartas dejaron de llegar, Scorpius se sintió victorioso por primera vez en meses. Pero al parecer el mundo no parecía girar en torno a su favor.

Eso  ya lo había asumido hace mucho, por supuesto.

- Esta bien - Respondió mientras se ponía de pie y se volteaba para buscar su cajón. Intento ocultar el temblor de sus manos mientras sentía un par de ojos verdes clavados en su nuca, siguiendo cada movimiento que hacía.

Diez minutos después los dos chicos se encontraban caminando por la estación, sumidos en un silencio para nada agradable. El Malfoy casi suelta un suspiro de alivio cuando divisó al héroe del mundo mágico vistiendo su uniforme de Auror entre todo el gentío.

- ¡Papá! - Albus lo llamó mientras se acercaban- Aquí está- Dijo refiriéndose al rubio.

Harry le dio una pequeña sonrisa.

- Hola Scorpius, ¿Cómo estás? – Y sin esperar una respuesta, lo rodeo con sus brazos.

Se tensó por completo. Pero temeroso de parecer desagradable, correspondió el abrazo unos segundos después.

Sintió una sensación cálida inundando su pecho. No podía recordar la última vez que alguien lo había abrazado de esa manera tan fraternal.

- Lamento lo ocurrido con Draco- Murmuró mientras se separaba de él, dejando una mano en su hombro- Pero me pidió que te llevara a casa conmigo. Te quedarás con nosotros hasta que él se recupere, ¿de acuerdo?

Scorpius quería negarse, le comenzaron a sudar las manos. No quería estar cerca de Albus, pero no parecía tener otra opción.

  En ese momento advirtió el hecho de que no había pensado en que haría una vez que se terminara el año escolar.

  Pero que idiota.

- De acuerdo- Respondió resignado.

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