Dulce Tentación -Starco-

capítulo 26

Se quedó ahí con su novia, se daban mimos mutuamente. A pesar de que la rubia no deseaba ver al castaño cualquier cosa se lo recordaba. Y para el colmo cuando iba caminando lo pudo notar junto a ella. Nada estaba bien, sentía sus piernas flaquear, no soportaba aquella presión.

—Odio tanto amarlo -susurró. tratando de no llorar.

—Star... No debes sentirte así solo por qué un estúpido chico no ve lo que tiene frente.

—Janna, no lo entiendo, no entiendo nada de esto. ¿Qué me falta para ser como ella?

—Nada, por qué eres especial, original... Eres grandiosa Star, para mí, para muchos. Pero lamentablemente Marco no lo nota, no nota la persona increíble que está haciendo sufrir por ser un tonto. Por favor, no te atormentes más, sigue tu relación con Enrique y trata de superarlo.

—No es fácil ¿Crees que no lo he intentado? A pesar de todo Marco sigue en mi mente. Odio no poder odiarlo, odio amarlo y no poder dejarlo... Me odio a mi por hacerme ilusiones... Por, por enamorarme de el.

—Tranquila, solo... Solo demuestra que no te importa, ve dándole menos importancia para que así logres superarlo -le dice, mientras sonríe cálidamente.

Star se encontraba mal y lamentablemente no tenía a quien decírselo, el único que lo sabía aparte de ella era Marco pero al parecer el no hará nada.

La rubia no le contó a Janna sobre todo... Sobre lo ocurrido con Marco y el embarazo. Para mala suerte era algo que no se podría ocultar por mucho tiempo.

Hacer las cosas sin pensar le trajo a esto. Al fin de cuentas si estaba pensando ¡Pero era Marco! Ella se sentía muy confiada, de abrir su vida sexual con el. Ella deseaba que el fuera el primero, que el la llevará a experimentar y en cierta forma fue nuevo y lindo pero ¿Y ahora? Ahora no sabe cómo enmendar todo eso, simplemente se dejó llevar.

Su mente estaba bloqueada por todo. Haciendo bien las cuentas todo esto comenzó en aquella fiesta. No habían usado protección. Había tomado las pastillas si pero se atrasó en la hora de tomarlas, por un día que se equivocara o lo hiciera tarde eso traía consecuencias.

Aquí están las consecuencias.

No se sentía mal por todo lo que hizo, o tal vez si. Se sentía mal por qué Marco no le demostraba apoyo, por qué ella necesitaba ayuda y el no estaba. Un embarazo, problemas emocionales, decir o no decir, la universidad.

Mientras más trataba de calmarse más problemas llegaban a su mente, haciéndola divagar.

—Me iré a casa ¿Bien? -le dijo a la azabache.

—¿Tan pronto? ¿No quieres ir por un helado?

—No Janna, así está bien gracias. -sonrió y luego la abrazó —Gracias por escucharme.

Jana correspondió, sonriendo.

—Cualquier cosa por ti... Si te sientes mal envíame un mensaje, prometo tratar de ayudarte.

—Claro, nos vemos.

se despidió y caminó lentamente hacia a casa, estaba algo fastidiada, de la nada comenzó su mal humor, estaba molesta.

Caminaba por aquella banqueta, con algunas plantas en las orillas, había bastante sol y no estaba tan transitado el lugar.

Llegó a casa y simplemente se fue a su habitación, no sin antes cerrar la puerta. Tenía calor así que decidió cambiarse de ropa a una más ligera para después recostarse en su cómoda cama. Tocaba su vientre, aún no era notorio pero como fue mencionado anteriormente, no podrá ocultarse por mucho tiempo.

—A pesar de todo -suspira —Es gracioso, en cierta forma  este es mi mayor problema y... No sé, no puedo odiarte, creo que no tienes la culpa de nuestros errores, solo, solo trato de encontrar una solución. Por ti la buscaré, trataré de que al nacer no tengas ningún problema, lo prometo -habló con la mirada perdida en el techo, su mano aún tocando su vientre y unas cuantas lágrimas terminando su recorrido por sus mejillas