capítulo 47

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El pelinegro abrió lentamente la puerta, pero habia algo que no le dejaba, era Star, se habia quedado dormida. Entró con cuidado de no lastimarla, la cargó y la metió a las cobijas, apagó la luz y se acostó a su lado.

Al día siguiente Star despertó, abrió sus ojos acostumbrándose a la luz mirando un rostro masculino frente a ella y se asustó recordando que quien se encontraba con el no era Marco... se separó rápidamente y salió de la cama.

—Enrique -Lo mencionaba en repetidas ocasiones movinedolo de su lugar, consiguiendo finalmente despertarle —Debo ir al baño y... no veo otra puerta aquí además de que la única está cerrada -El pelinegro la miró unos segundos, finalmente se levantó de su lugar y abrió la puerta —Gracias -dijo caminado hacia afuera.

—Espera -la detuvo —No sabes donde está y yo debo llevarte.

—¿Qué?  no, solo dime dónde está, es incomodo que esperes fuera -responde molesta, su contrario la miró y suspiró pesadamente.

—Bien, pero no trates de escapar Star, te lo advierto.

—Si, si, ya déjame ir

—Al fondo de este pasillo a la derecha -dijo y Star comenzó a caminar —Nada de intentar escapar Butterfly.

La rubia no respondió nada, simplemente caminó hacia el baño, hizo lo que debía hacer, humedecer un poco su rostro, notando aquellas ojeras y ojos rojos e hinchados de tanto llorar. Se sentía bastante incómoda, pero en cierta forma era la culpable, ella se culpaba.

Darle una oportunidad y tratar de superar a Marco con su ex enfermo ¡Excelente idea!

—Tardas demasiado -habló Enrique afuera.

—Ya voy, solo esperame un momento ¿bien? -respondió irritada, Marco tenía de vez en cuando sus ataques de celos y se le pasaba la mano pero nada que ver con este lunático.

Y así las horas en ese lugar para la rubia eran un infierno, sin poder caminar un solo paso por que ya era cuestionada, observando detalladamente cada rincón, cada lugar de esa casa. Todas las habitaciones contaban con puerta de metal y una sola ventana, y si, con barrotes incluidos.

Cada hora en ese lugar era una eternidad, podía escuchar silencio, ni la tele de aquella sala entretenía, se sentía sola, con temor.

—¡Star!

Escuchó en la planta alta, con temor dudo en subir o no, al escuchar por segunda vez se animó a subir.

—¿Si? -preguntó ya con el.

—Mi amor, verás... he notado que te sientes aburrida y me encantaría hacer de todo para evitar tu aburrimiento pero ya sabes, si salimos podrías aprovechar cualquier momento para escapar y... y eso no me ayudará así que me preguntaba -Dijo jalando levemente el brazo de Star sentandola en la orilla de la cama —Si tu querías, ya sabes... jugar, pero esta vez sin negarte.

—¿Q-qué..? Por supuesto que no -Dijo poniéndose de pié bruscamente.

—Star -dice jalandola hacia el apretándola entre sus brazos —No te hagas la que no, yo se exactamente que quieres hacerlo conmigo... vamos, di que sí.

—Enrique no, por favor -Pidió con su corazón acelerado y su rostro reflejando miedo, en un movimiento rápido el pelinegro la tenía recostada, sin poder moverse —Escuchame, Enrique no lo hagas, me quiero respetar eso es ser... serle infiel a Marco

—Estás bromeando ¿Cierto? -Dijo dando varias carcajadas —¿Tu me hablas de respeto? ¿De fidelidad? ¿en serio? oh cielos -ríe nuevamente —No me lo creo, la chica que hacia quien sabe cuantas cosas con Marco mientras andaba conmigo me habla de respeto, carajo Star, mientras andabas conmigo cogían hasta en la escuela -Dijo apretando los brazos de Star, lastimandolos.

—No es verdad...

—¿No es verdad? -sonrió cinico tomando con una mano los brazos de Star y con su cuerpo evitar que se moviera mientras con su mano libre sacaba un lazo de tela de su bolsillo —Estabas embarazada y cuando estabas a punto de dar a luz me querías terminar -ríe mientras con fuerza amarraba las manos de la rubia a la cabecera de la cama.

—Enrique no...

—Es gracioso mi amor -dice dando un beso después de amarrar —Yo que te amé primero no puedo ni tocarte cuando el podía hacer contigo lo que quisiera, mírate -rie tocando sus pechos mientras el se sienta sin lastimarla en sus piernas —Me agrada esto, pero me llena de coraje saber que no fuí el único en esto e incluso ese idiota se me adelantó y ahora tienen una hijita ¿cómo se llama?... oh, Romina -sonríe —Romina Nicole Butterfly Diaz... ¿Que te parece si quitamos el ultimo apellido y lo cambiamos por Carrasco? Suena mejor ¿no lo crees?

—Suena bien hasta que aparece ese apellido de porquería, que suerte que mi hija no lo tiene oficialmente y tiene el de Marco, su padre.

—CALLATE DE UNA MALDITA VEZ -gritó dando una cachetada.

—Con una cachetada mi hija no tiene tu apellido -sonríe la rubia.

—Oh... es verdad, pero se me ocurre una brillante idea -Sonríe bajándose de ella, sin quitar la mirada de la rubia quitó sus pantalones y boxers.

—¿Qué haces? -cuestionó con temor, aquella seguridad la había abandonado por completo.

—Solo trato de mostrarte mi idea -responde sobre la cama, rompiendo con fuerza aquel vestido rosa que traía puesto Star y sus calzoncillos dejando marcas rojas en su piel —Tal vez Romina no tenga mi apellido pero... ¿por qué no crear a un pequeño o pequeña que si lo tenga? alguien que aparte de portar apellido tenga mi sangre -Responde sonriendo, tratando de hacer lo suyo, Star se movía como podía, gritando y pidiendo que parara pero el no obedecía, el era más fuerte.

—¡Enrique!

Pudo oír su propia voz en agonía, un eco como si hubiera gritado en un lugar sin cosas, a su alrededor todo comenzaba a girar, a verse borroso hasta no ver más, ni siquiera estar consciente.










tengo abandonado este lugar :( comenzaré a subir cada tercer día ¿bien? espero disfruten, casí llega el final.

los amos un buen. <3


Dulce Tentación -Starco-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora