Capítulo 28

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Se encontraban abrazados, cómo lo habían echo algunas veces. La rubia estaba contenta, pero no del todo, aún habían cosas por las cuales ver.

-Marco...

-¿Si, Star?

-¿Cómo se los diremos? ¿Cómo le diremos a todos sobre esto... Sobre nosotros?

-Yo no lo sé, aún no lo sé. Sabemos muy bien que no es algo que pueda ocultarse, en un par de meses será más notorio el embarazo y... No tengo idea.

-Tengo miedo -susurró la rubia.

-yo igual ¿Cómo lo tomarán nuestros padres? ¿Cómo se los diremos?

Ambos jóvenes estaban sin ideas, no sabían cómo revelar una noticia de ese grado.

Pasaron unas semanas provocando el primer mes de gestación. Star era delgada y se podía notar un poco.

-Star ¿Estás bien? Has subido de peso y has estado comiendo demasiado -rie -Si no fuera por qué no has dejado de comer últimamente podría creer que estás embarazada -bromeó la señora Díaz.

-Ehh... S-si -rie -Q-que gracioso.

La señora Díaz reía con sospecha y Star simplemente terminó de hacerse su sandwich para después subir rápidamente a la habitación del castaño.

-Marco, Marco -susurró temblando -Creo que tú madre sospecha, me mencionó sobre mi estómago y... No sé que hacer, no hay marcha atrás tendremos que decírselo pronto -dice en pánico, para después morder su sandwich desesperada.

Marco Procesó lo rápido que había dicho Star. Se mostraba nerviosa.

-Tienes razón, debemos decirles.

-¿A-ahora? -cuestionó titubeando, de solo pensarlo su corazón se aceleraba y un miedo se apoderaba de su cuerpo.

-No, ahora no... Debemos decirles a los cuatro, mis padres y los tuyos... Este fin de semana ¿Te parece? Así que prepárate mentalmente, que tendrás que experimentar un gran miedo y varias preguntas de nuestros padres.

respondió, no estaba tranquilo, se encontraba como Star. Tenía tanto miedo de decirlo. Aún faltaban unos meses para cumplir la mayoría de edad, todo fue un descuido pero no sé puede hacer nada, se debe seguir.

Para mala suerte de ambos jóvenes, el fin de semana se acercó. Viernes, el día que para muchos es genial para ellos era un martirio, deseaban que regresarán los días. Ambos habían citado a sus padres, en especial los de Star, tenían que llegar de mewni a la casa de los Díaz, el día de mañana.

-no estoy segura de lograrlo, de tan solo pensar en el día de mañana mi corazón no para de latir rápidamente.

-Te entiendo... Solo, solo respira y trata de pensar en que saldrá bien, piensa en que nos apoyarán -se mantuvo tranquilo a pesar de no estarlo, tenía miedo, pero el trataba de hacer caso omiso de este.

El día, había llegado.

Sábado por la mañana, ambos chicos se despertaron temprano, con algo de sueño ¿Quién podría dormir sabiendo que tendría que dar una noticia como esta?

Desayunaron los cuatro. Star, Marco y los señores Díaz. La mañana pasó lentamente, la reunión era a las cinco y media de la tarde... Tenían tiempo aún, unas horas antes de todos los regaños.

Medio día, el sol estaba pleno y fastidiante. Solo cinco horas más...

Dieron la una, las dos, y así hasta que llegó la hora... Las cinco.

Era gracioso, de esperar días se fueron a esperar horas y ahora minutos. Treinta para ser exactos. Star sentía sus piernas temblar y las palmas de las manos les sudaban. Marco igual, pero trataba de mantener la calma.

Pero ese miedo se intensificó al oír el sonido de un portal abierto en la segunda planta de la casa.

—Lle-llegaron -susurró Star.

Marco no respondió absolutamente nada, se mantenía en sus pensamientos. Los señores Díaz -los cuales se encontraban arriba- recibieron a los reyes Butterfly, llevándolos a la sala.

—Sinceramente no tenemos idea ¿Creen que se gusten y quieran darnos la sorpresa de que son novios?

—Probablemente, ese chico Marco se veía enamorado de mi hija...

—Igual a Star, se le notaba en su forma de actuar.

Esa fue la conversación que escucharon ambos, al parecer sus padres igual se encontraban algo confundidos, pues haberlos citado a los cuatro les daban ideas y les hacía pensar en un relación entre ellos.

—Chicos... Han llegados los reyes Butterfly - anunció la madre de Marco. Haciendo como si no estuvieran sacando teorías de lo que estaba por suceder.

Ambos jóvenes se acercaron y saludaron a ambos reyes, aún más Star, ya que la última vez que la habían visto había sido en las vacaciones pasadas.

Caminaron hacia el comedor, tanto los padres de Marco y los de Star habían preparado comida. Los adultos se encontraban hablando, bromeando y en algunos momentos sacando anécdotas de cuando ambos chicos eran pequeños.

Se pasaron una hora, dieron las seis.

—¿Se los tenemos que decir? Si quieres huimos de aquí y nos vamos a otra dimensión para no lidiar con todo esto -bromeó Star, jugando con sus manos algo nerviosa.

—No podemos, ya estamos aquí tendremos que...

—Y bien chicos -interrumpió River —¿a qué se debe todo esto? —Cuestionó. En par de segundos la atención de los adultos se encontraba sobre ambos jóvenes.

Dulce Tentación -Starco-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora