Capítulo 41

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Para poder dar de alta a la rubia ella necesitaba esperar doce horas. mientras tanto, los padres de Star se fueron a Mewni a asearse y desayunar, después de ello llegaron al hospital nuevamente y los padres de Marco hicieron lo mismo.

el castaño se negó en ir, el deseaba salir del hospital junto a Star y su hija. Como en cualquier hospital a Star la separaron de su hija para checar a ambas en diferentes habitaciones.

Marco miraba a través de ese gran vidrio, demasiado bebés se encontraban en sus incubadoras y su pequeña era una de ellas.

—Oh, hola Marco -sonríe el pelinegro a una distancia.

—¿qué es lo que quieres?. mira, a mi no me engañas se muy bien que tu provocaste esto ¿pero adivina que? mi hija está bien y Star igual... me iré con ambas en cuanto las den de alta.

El chico río burlonamente —Al final consiguieron lo que querían. Pero... ¿Cómo sabes exactamente que Star fue solamente tuya? ¿quién te lo demuestra?

—Star... confío plenamente en ella -le miró molesto, aquel comentario le había enfadado.

—Si, eso lo sé muy bien. -sonríe —Te quedaste con la chica de mis sueños, te acostaste con ella y ahora tienen una hija, que gracioso ¿sabes? la hiciste sufrir tanto mientras estabas con Mauline, yo estuve con ella en todos esos momentos y tú te quedaste con los creditos.

—Bueno... lo logré por que ella me ama a mi. y lamento informarte que yo siento lo mismo, Star tiene dueño, y ella sabe muy bien quién es y soy yo, así que si me disculpas no tienes nada que hacer aquí, puedes marcharte.

—Mmm... en los hospitales puede entrar cualquiera, pero solo por tu tranquilidad mirando a tu hijita yo me marcharé -dice. Da media vuelta y camina lentamente. —Nos veremos luego, Marco -le mira de reojo sonriendo para después finalmente marcharse.

—Idiota -gritó levemente.

—Estupido Marco, pero ya verá, verá que en realidad a quien le pertenece Star es a mi —se dijo a si miso y caminó molesto, llego al pequeño departamento que rentaba. Sus padres y el habían ahorrado desde que tenia catorce años, así que ahora tenia sus "propios" ahorros en el banco con los que podía adquirir lo que quisiera, en este caso un departamento temporal.

El pelinegro llegó a casa y se sentó en aquel sillón azul celeste que tenia en su pequeña sala y comenzó a pensar. Tomó su teléfono con una sonrisa y comenzó a marcar un número.

—Lou, amigo mio

—¿Si, Enrique? -responde alegre desde el otro lado de el teléfono.

—Amigo mio, necesito de tu gran agilidad y tu ayuda -sonríe mientras hablaba por telefono. Tenia en mente algo.

—¿que deseas?

—ven a mi casa, te explicare todo aquí

—Llego en diez minutos -respondió para colgar.

El chico sonrió para después soltar una risita —Pronto Star Butterfly... —Sonrió mirando aquella foto enmarcada que el tenia de su relación con la rubia de hace unos años.

Dulce Tentación -Starco-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora