Las calles de aquella noche de otoño eran frías y solitarias, estar en algún lugar que proporcionara calor de cualquier tipo solía ser siempre una buena opción.
Por eso, cuando vió aquel pequeño y acogedor restaurant de comida rápida apresuró sus pasos hacia la entrada.
Una vez dentro se apresuró a encontrar un lugar libre y después de algunos segundos lo encontró, una pequeña mesa en la cual podía entrar cómodamente ya que casi nunca contaba con compañía.Se encontraba caminando hacia su pequeño descubrimiento cuando un pequeño escándalo captó su atención, obligándole a voltear su mirada. Al instante descubrió que el escándalo provenía de unos chicos que al parecer no podían contener sus risas. Escucharlos era cómico.
Esbozó una sonrisa e intentó caminar a su destino, pero entonces la vio. Mía estaba ahí, cubriendo su boca con sus manos para amortiguar su sonrisa, sus ojos se estiraban cuando reía y aquella pequeña manía que tenía de mirar hacia arriba cada vez que tenía que controlarse se la sabía de memoria. Mía estaba ahí otra vez, coincidiendo una y otra vez con alguien a quien ni remotamente conocía.
Dejó de mirarla y se apresuró a sentarse mientras todo tipo de pensamientos llegaban a su mente.
Me persigue, es eso, lo hace. ¿No puedo ir a un maldito lugar sin que esté ahí?
Respiró aceleradamente sin saber exactamente que hacer, a donde mirar, si irse o quedarse.
No pasa nada, trataba de tranquilizarse, sólo ha venido porque quizá se le antojó algo de comida rápida, como tú.
Volvió a fijarse rápidamente en la castaña y suspiró. No estaba sola, no le sorprendía. Siempre estaba rodeada por los mismos amigos, las mismas risas y eso era algo que envidiaba, aunque lo negase.
Suspiró pesadamente mientras seguía cuestionándose porque siempre tenía que complicarlo todo y a su vez se llenaba de preguntas.
¿Qué le había visto? Está bien, no era buena idea empezar a describir lo que le gustaba.
¿Por tenía que ser así? Siempre se fijaba en personas que sabía ni siquiera teníán la molestia de fijarse que existía, que era real, que estaba ahí, observando. Además se aferraba a esa estúpida frase "Me atrae lo imposible"
Te atrae lo imposible y una mierda
La volvió a mirar y se golpeó mentalmente por seguir haciéndolo ¿A caso quería que se de cuenta?
Una nueva ola de risas inundó el lugar, era difícil que no llamasen la atención a esas instancias, eran algo ruidosos.
Se dedicó a observar la mesa con aquellos cinco adolescentes que parecía que reír era su pasatiempo favorito y se preguntó que es lo que necesitaba para tener una amistad así, ignorante de que como muchos más, ellos eran sólo un grupo de chicos y chicas que habian forjado una amistad gracias al tiempo, las circunstancias y casualidades de la vida.¿Alguna vez han pensado cuantas historias habrá que contar en un reducido espacio como lo era aquel restaurante, una pequeña sala o en una escuela? Corazones rotos, mentiras, decepciones, violencia, acoso, bullyng, embarazos, infidelidades, traiciones, drogas, vicios y más.
Bien, pues como ellos, muchas personas más ocultaban sus problemas detrás de una careta de bienestar y tranquilad. El mundo está lleno con personas de expresiones vacías. Alguna vez has ido por la calle y te has detenido a pensar ¿Cuál es el problema que aquella señora con las ojeras excesivamente marcadas ocultará? ¿Y el de aquel joven que camina cabizbajo? Día a día son muchas las personas que caminan cerca nuestro, muchos problemas van con ellos pero ¿Lo notamos?
Si alguien posaba su vista en aquellos adolescentes que se encontraban entretenidos charlando entre sí, definitivamente no podría ilustrarlos de la manera como lo haré. Porque, claro, yo los conozco y permíteme presentartelos:
Mía era una chica sensible, soñadora y lectora a morir. Era de aquellas personas que se aferraban siempre a un final feliz, de las que creían que el "Y vivieron felices para siempre" también podía existir en la vida real. Aunque su timidez había sido siempre un gran obstáculo para poder tener un amplio círculo social no podía quejarse mucho al respecto, tenía unos grandes amigos.
Anabelle, quién además de ser prima de Mía, resultó que era su amiga, su confidente, su segunda mitad. Ambas tenían suerte de tenerse pues no tenemos la opción de escoger a nuestra familia, pero si que podemos escoger si amarlas o no. Belle, como le gusta ser llamada, era algo grotesca y mal humorada, se pasaba la vida criticando o quejándose de cosas que muchas veces no tenían solución.
Pero ante tanto mal humor e incertidumbre siempre había un rayito de luz y en esta ocasión aquel pequeño rayo llevaba un nombre: Noah. Él podía ser catalogado como un chico hiperactivo, sensible y risueño, siempre llevaba una sonrisa con él y era el encargado de poner el color a aquellas situaciones que se tornaban oscuras y apesar de que el amor aún no le había sonreído, fue la amistad quién le había dado un gran abrazo.
Alexander era el mejor amigo de Noah, su amistad había soportado distancias, peleas y desacuerdos, pero siempre había sobrevivido, y esto de debía a que ambos se complemetaban. Cuando Alex tomaba las cosas demasiado en serio o en su semblante no había ninguna señal de algún intento de sonrisa, era Noah el encargado de hacerlo reír, pues Alex se caracterizaba por preocuparse de más y ser sobreprotector. Era un papá oso, al menos así cariñosamente lo llamaban.
Y ante la timidez y la preocupación siempre existía un alma libre que se encargaba de equilibrar a tan enigmático cuarteto quien llevaba por nombre Katherine. Completamente despreocupada, liberal y amigable. Era ella quien se encargaba de hacerlos vivir a todos nuevas historias, nuevas aventuras y experiencias pues era ella quien siempre se arriesgaba a vivir y planificar nuevas aventuras.
Cada uno distinto, cada uno con su propia historia pero con algo en común, una poderosa amistad
¿Estas lista/o para acompañarlos en su último año del instituto? El más decisivo, el más importante, el más...inolvidable.
Instagram: @hazel_riz3
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Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]
Teen Fiction¿Te imaginas que un día despiertas y es tu último año? Te niegas a creerlo, claro, porque parece que fue ayer cuando fue tu primer día pisando una escuela y wow, realmente estás acabando, realmente estás apunto de saber como es la vida allá afuera...