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Giró la perilla

Se asomó despacio en la puerta acechando al pelinegro dentro. Una imagen de un alfa con los ojos cerrados autosatisfaciéndose llenó sus pupilas, el chico frotaba su miembro en movimientos suaves. Solo se quedó allí pensando en lo excitante que se veía el sudor en su frente.

Apenas el azabache sintió su aroma abrió despacio los ojos, adolorido de autosatisfacerse y con la voz ronca miró al omega en el inicio de la puerta -Jimin... Vete

-Jungkook puedo...

Aun con el dolor de su celo y el no tener alivio durante varios meses se negaba a tocar a su amigo. No lo tocaría cuando no había un trato y también porque ese rubio no era como aquellos omegas con los cuales había estado -Jimin.... Rompiste el trato y lo acepté, no tienes ninguna deuda conmigo.

No le importó escuchar eso del alfa, sabía que el trato estaba roto, pero sentía una necesidad de saldar sus deudas en cómo lo ayudó ese día, pensaba que a eso se debía y por eso quería ayudarle ahora mismo. Decidido abrió más la puerta, se acercó al chico y se arrodilló en frente del pelinegro que lo veía con ojos temblantes. Llevó una mano a ese miembro erecto y con líquido preseminal, apenas lo rozó con sus dedos e hizo que Jungkook hiciera un sonido lastimero, le estaba doliendo.

-No, Jimin no es necesario... si lo haces, no voy a reprimirme...

"¿No iba a reprimirse?"

Pensó que su amigo estaba tan urgido, por eso el porqué de sus palabras. Tenía miedo de tocarlo, porque aun cuando ya habían tenido varias veces relaciones sexuales en su celo, no era consciente de cómo hacerlo correctamente por su falta de experiencia, recordaba muy poco de esos días con su omega nublándole la razón, pero al ser Jungkook le dio la confianza de ser él con quién pudiera hacer esas cosas.

No le había hecho sexo oral a nadie y Jungkook sería el primero. Agarró con una mano ese miembro, la subió y la bajó ante la mirada del pelinegro, acercó sus gruesos labios y chupó la punta haciendo que el alfa gimiera ahogadamente, rodeó la punta con su lengua y no tardó para la metiera toda en su boca, con un poco de dificultad empezó a bajar y subir usando su suave lengua.

El alfa está disfrutando demasiado ese momento, muy doloroso para él, así que tomó los cabellos rubios de su amigo para ayudarlo a hacerlo más rápido, la boca de omega absorbía todo su miembro y él la profundizaba con fuertes estocadas corriéndose allí.

Sabiendo que fue brusco tuvo que disculparse -Lo siento... -respiró agitadamente después del reciente orgasmo. Jimin tenía la esencia del alfa en su boca y no sabía qué hacer con ello, solo optó por tragarlo mientras que era observado por el pelinegro -No debiste hacerlo...

Se levantó para tomar el mentón del omega y llevar esos apetitosos labios en los suyos. Probó esos deliciosos labios esponjosos con aroma de manzana verde, el rubio se resistió al principio, pero después de unos segundos llevó sus manos en el cuello del alfa para que siguieran besándolo.

"Primera regla rota"

Ni siquiera sabía cuáles eran sus reglas impuestas a ese trato, pero estaba seguro que el besar estaba prohibido, pero al sentir la caliente lengua del alfa en la suya le hizo mandar todo al carajo, se sentía bien ser besado.

Caminaron casi a ciegas a la habitación con sus labios tragándose entre ellos y sus lenguas acariciándose. Las manos del alfa se metieron debajo de la ropa para sentir de nuevo esa suave piel que quería ser tocada, rozó sus caderas, su abdomen firme y llevó esas mismas manos a tratar de quitarle la ropa de encima, quería tenerlo desnudo.

Jimin se dio cuenta que su ropa estaba desapareciendo y que las manos del alfa hacían reclamos en su piel nívea, observó el cuerpo de su amigo, era algunas veces que había visto ese cuerpo musculoso desnudo de las que creía normal, pero ahora sus pequeñas manos querían y estaban tocando ese tonificado abdomen.

Rápidamente llegaron a la habitación donde rompieron el beso viéndose con labios rojos e hinchados.

El omega se recostó en la cama esperando que el pelinegro lo guíe.

El pelinegro al ver a su amigo allí dispuesto hizo que se excitara más, el cuerpo de Jimin era sumamente hermoso y muy bien formado, quería hacerle de todo. Acercó su rostro para chupar ese cuello expuesto, empezó un camino de besos mientras que las yemas de sus dedos acariciaban esas piernas y cintura, siguió besando hasta llegar a esos pezones que no dudó en rodear con su lengua. El rubio cerró los ojos sintiéndose abrumado por esos labios en su cuerpo, de repente sintió como sus nalgas fueron tomadas y acercadas a la pelvis de su amigo para sentir su notorio miembro, él subió sus piernas en las caderas de Jungkook, mismo que sostuvo y cargó.

Jungkook acomodó esas piernas a su disposición para llevar un dedo en la parte baja del omega, fue muy lento, pero hizo que Jimin estrujara las sábanas y gimiera por cada toque a su punto. Los minutos pasaron y el omega estaba listo para recibirlo, sacó un preservativo para colocárselo, alineó su miembro para penetrar con una estocada a su amigo que ahogó un grito. Empezó las salvajes embestidas haciendo que el sonido que se escuchara fuera de sus pieles chocando una contra una varias veces.

Los jadeos y el sudor acompañaban ese cuerpo con un fuerte aroma a sexo, Jungkook sentía que estaba llegando al climax, así que quitó su miembro para correrse fuera y no anudar a su amigo, estuvo cerca, quería que ese cuerpo lo recibiera.

-Lo siento... si fui muy brusco...

Jungkook se acostó a un lado de la cama sin querer levantarse y cerró los ojos para dormir a lado de Jimin como tantas veces quiso hacer.

Jimin vio que el alfa se durmió apenas terminaron de tener sexo, estaba muy consciente cuando lo hicieron hace unos minutos atrás y le gustó. Con ese pensamiento se levantó de la cama para tomarse un baño, lo hizo de inmediato y salió para ponerse ropa limpia, pero la prenda del pelinegro le llamó más la atención para ponérsela.

*

Jungkook despertó solo en esa cama, se levantó de golpe buscando al rubio, caminó hacia la sala para observarlo con las piernas en modo indio haciendo sus reportes, se veía muy lindo con esos rubios cabellos semi mojados y ¿Con su ropa puesta? Rápidamente se acercó.

Jimin lo sintió con su notorio y muy fuerte aroma a chocolate propio del celo, haciendo que se pusiera nervioso a ese rápido acercamiento. Vio que se puso en frente de él con esos labios finos sonriéndole y le preguntó lo primero que se le vino a la mente -¿Te quedarás?

El alfa vio a su amigo detener su lectura para mirarlo. ¡Rayos! Sus ojos eran muy lindos -¿Tienes más condones?- El omega le asintió y se inclinó para ver ese omega con su ropa puesta, le quedaba muy bien -¿Por qué tienes mi ropa puesta?

-Lo siento -trató de quitársela, pero el alfa lo detuvo.

-No, déjame a mi quitártela -tomó sus labios, alzó ese cuerpo para aprisionarlo a la pared, el omega le respondió aferrando sus piernas en sus caderas y sin esperar demasiado lo penetró de una vez, ese chico le volvía loco, el ritmo de sus cuerpos rápidamente se encendió no queriendo apagarse, estar dentro de él lo hacía sentir muy bien. Jimin gemía en su oído y sus brazos se sostenían en el cuello del pelinegro mientras que él acariciaba sin pudor esas piernas haciéndolo suyo y precisar más las estocadas. El alfa estaba llegando al orgasmo y salió del rubio para correrse en el estómago de este, los dos respiraron agitadamente después de ese rápido sexo. Se abrazaron en esta posición y el pelinegro fue el único en hablar rompiendo ese raro momento -Entonces... ¿Tenemos de nuevo el trato?

Lo había olvidado de repente, no entendía cómo eso sucedía de manera normal haciéndole que se comporte sumiso y receptivo a sus toques, pero su falta de inexperiencia en relaciones le hizo entender que era la falta de un alfa.

-Si... de nuevo el trato.



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Hola Hola 


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Rabitta

¿Qué somos? (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora