Extra: Namjin

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El omega de cabellos negros sedosos estaba con las manos entrelazadas con su ahora esposo, su aroma se concentraba en el pequeño ascensor de solo personal autorizado que los llevaba a su oficina. Con el aroma crecer dentro de ese espacio el alfa se volteó a él.

—¿Estás bien? —acarició con los dedos sus manos. Por nada no lo había soltado en todo el recorrido.

El omega le sonrió un poco aliviado que lo haya sacado de sus pensamientos soltando un gran suspiró —Todos nos miran como si se tratara de un circo. Después que anunciaran nuestro matrimonio ellos hablan diciendo que fuiste obligado a casarte conmigo por un acuerdo entre nuestras familias o creen que estoy embarazado... es absurdo cuando yo... —se sonrojó hasta las orejas poniéndose tímido —Tu ya sabes...

—No, nos hemos acoplado —mostró su sonrisa llena de confianza —Pero pronto lo haremos.

Seokjin le dio un golpe en el brazo —No lo haré contigo — cómo había mencionado las habladurías no paraban en torno de su precipitaba relación con el heredero de la corporación Kim, por eso se sintió inseguro cuando las notas que salían no solo eran de su matrimonio espontáneo, sino que también los antiguos romances de su alfa sintiéndose temeroso, pequeño e inexperto. Pensó que le costó el doble entender todo lo relacionado con finanzas y no estaba seguro que pudiera hacerlo en el amor cuando ni siquiera sabía darle un beso a Namjoon.

—Te esperaré cariño... —lo pegó a su pecho viendo la inseguridad que salía cada vez queriendo comerse a su adorado omega, su dulce aroma a fresas llegó a sus fosas nasales sintiéndose dichoso y complacido de poner tenerlo sin límites en sus brazos —Solo relájate... déjalos hablar, no importa mucho.

En la oficina la mirada de aquel alfa quedó prendida en un bonito rostro que fruncía el ceño ligeramente al leer unos documentos de manera concentrada, esos dedos que se movían para pasar las hojas y quitarse los cabellos de la frente, así como en esos gruesos labios que mordían el lápiz en manos; se veía muy hermoso y genial. Estaba lleno de orgullo de lo que su omega se había vuelto por sí mismo, por el fruto de varias horas de estudio que dedicó, esas lágrimas que derramó en su hombro y su gran positividad para no dejarse vencer por ser un chico omega.

Todo sucedió ante sus ojos, contemplando la mayoría de sus esfuerzos, excepto cuando Seokjin decidió alejarse para tomar rienda a la empresa, dejándolo sin un faro a quien seguir, ocultándose en la obscuridad esperando que el omega lo necesitara de nuevo, pero eso no pasó. Se fueron alejando y esos sentimientos siendo guardados para talvez nunca salir.

Sin embargo, ahora estaban allí, casados. El faro lo volvió a iluminar buscando de nuevo el rumbo que debería seguir su pequeño bote. Sonrió al ver cómo el peli negro cerraba los ojos y se caía sobre el escritorio quedando profundamente dormido, tal como en el pasado.

Se tomó el atrevimiento de terminar los últimos detalles de los informes y colocarlos a un lado, fuera del chico que dormía en la dura mesa. Luego se preparó acariciando esos suaves cabellos para después pasar sus brazos debajo de sus piernas y llevárselo con él.




*

Despertó envuelto en el aroma de café, cómodas sábanas y suaves almohadas a su alrededor, se deslizó fuera de esta caminando con los pies descalzos buscando al dueño de ese lugar, se detuvo cuando del baño salió aquella presencia que esperaba ver, pero no de esa manera con una toalla envueltas y los cabellos mojados escurrirse en su dorado torso, dio un paso para atrás tapándose de nuevo con las sábanas. Con un poco de temor.

—¿Sucede algo malo? —conocía muy bien al omega y sabía que algo le disgustaba.

Movió la cabeza —No, solo que no estoy acostumbrado a mirarte de esta manera. Hace poco solo éramos amigos y yo... no te he visto desnudo ¿Podrías colocarte una camisa? —aunque dijera lo anterior verle el cuerpo le hacía ruborizarse tremendamente ¿Cómo se supone que iba a tener intimidad con esa atractiva persona? Lo vio secarse los cabellos con una toalla con normalidad, pero posterior se subió a su lado, lo sujetó de los hombros y lo besó. Sintió cómo aquellos labios iban de manera gentil queriendo que se derrita en ellos, así mismo con un poco de temor de tocar su pecho desnudo. Lo hizo, subió sus brazos alrededor de su cuello dejándose caer en el colchón, debajo de la cálida piel y del aroma penetrante del alfa —Nam...

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2019 ⏰

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