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Despertó en una cama cálida como en esas ultimas semanas, estaba desnudo y a su lado estaba el más lindo omega que haya visto, respiró ese olor que llenaba la habitación, sonrió de manera traviesa por lo que pudo percibir en sus sentidos porque no solo era ese aroma de manzanas llenar ese lugar, sino también su aroma de chocolate mezclado en el aire.

Se deslizó para tratar de capturar el cuerpo a su lado, sus manos tocaron esa espalda desnuda y trazó círculos con las yemas de sus dedos, esa piel era demasiada suave y le daba ganas de apretarla con sus manos. El omega al sentir su tacto se quejó al ser despertado y rodó frente al alfa.

-Jungkook deja de molestarme... quiero dormir -con los ojos cerrados se terminó por acurrucar más buscando el olor a chocolate hasta sentir con sus manos el pecho del alfa.

El pelinegro siguió tocando el cuerpo del rubio sin pudor, ni restricciones y tampoco se limitó a tocarle los cabellos, ese chico lo volvía loco y su alfa quería muchas de las cosas de él.

De pronto un celular empezó a sonar haciendo que Jimin se levantará de golpe para buscar ese objeto que yacía en el suelo con sus ropas tiradas. El rubio tomó la llamada de inmediato y asintió varias veces entendiendo al llamado y posterior sentarse en el suelo al terminar esta.

-¿Quién fue? -le preguntó viéndolo con la mirada perdida -Dime ¿Qué paso Jimin? -se preocupó al ver su mirada, los ojos expresivos del omega se empezaron a llenar de lágrimas y derramarlas en sus mejillas. Sollozó haciendo que se levantara y lo rodeara con sus brazos -Jimin dime ¿Qué pasó? Me estas asustando.

Ahogó un sollozo y habló -Mi abue murió... -se ocultó en el pecho del alfa buscando consuelo de su mejor amigo.



*

Jungkook se encontraba manejando directo a Busan, no dejaría que el rubio fuese solo en ese estado, por eso en ese día no había asistido a la Universidad con tal de acompañarlo a su lugar de origen.

Manejó varias horas mientras dejaba que el omega durmiera en la parte de atrás, demasiada consideración a una sola persona en toda su vida, cualquiera que lo conociera se reiría de él por cambiar de esa forma, hasta Yoongi no terminaba de creérselo que solo se haya acercado al rubio para querer su amistad. No fue así al principio.



Entró a la universidad gracias a las influencias de su familia y no como la gente normal que solía presentar un examen a nivel nacional con la alta probabilidad de nunca aprobar.

Aprovecharía el tiempo para estudiar y convertirse en un gran empresario mientras se divertía. No era un tipo playboy aunque lo pareciera, porque las que aceptaban estar con él solo eran simples acuerdos de ambas partes, pero en un momento llegaban a querer ser sus novias y pedir demasiado. Ellas lo sabían, no era posible cuando se los había dicho desde el principio, se volvían locas al romper el acuerdo.

Por eso se le veía correr varias veces en los pasillos siendo perseguido por "herirlas" hasta alfas queriendo golpearlo por "herir" a sus amigas, así como tener que lidiar con los rumores sobre él gracias a las omegas vengativas.

Ese era un día de esos, estaba escapando de una sus locas parejas, harto de esa omega que la seguía, algo peligrosa. Se detuvo cansado con el sudor en su frente, volteó a verificar si  la había perdido, pero se dio cuenta que no al ver su cabellera, entró en pánico.

-¡Hey! -alguien le susurró desde un aula -Entra aquí

Sin pensarlo demasiado entró y se tiró al suelo aliviado que esa loca no entrara en ese lugar. Alzó la mirada para ver a aquel rubio que era la primera vez que veía, hermoso a sus ojos. Es allí cuando se preguntó por qué estaba cambiando de parejas de celo si allí estaba el chico perfecto para que quedarse a su lado por siempre y con ese dulce aroma a manzanas verdes.

¿Qué somos? (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora