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Como supuso el alfa lo llevó a su cama. El peli castaño fue el primero en sentarse dejándolo sobre su regazó, lo abrazó como si fuera un muñeco y le acarició la espalda.

—Hueles jodidamente bien Jin —pasó sus manos en los brazos del omega acariciándolos queriendo acercar su nariz en su cuello o peor recostarlo en su cama, pero no podía.

—Por... favor. Llévame a casa... —trató de guardar sus gimoteos y hablar correctamente; un chico de su clase no hacía ese tipo de sonidos tan descarados y más si se encontraba con su amigo. El aroma a café lo estaba envolviendo sintiéndose atontado, tuvo que cerrar sus puños y ojos fuertemente para soportar estar a su lado. Sus sentimientos se estaban removiendo sin poder controlarlos, quería que lo besara y tocara por primera vez, como en sus sueños; debía de irse. Trató de levantarse sin importarle que estaba mareado, no alcanzó bajarse de la cama porque fue nuevamente sujetado quedando en frente del alfa, este pasó sus manos en su mandíbula.

—No puedes irte así —el bonito aroma de Seokjin estaba en toda su habitación. No podía hacer que su omega se fuera con otro alfa u otra persona que no sea él para cuidarlo, era el único que podía tocarlo. Sus dedos acariciaron su mandíbula, mejillas que subieron para pasarlos en sus labios que se sentían tan suaves y calientes. ¿Estaría mal si lo besara?

Tembló ante su toque, sabía lo que el alfa hacía en su cuerpo por eso siempre tomó cuidados en cuanto su celo se le presentaba. En ese momento se vio inmerso en su aroma y los labios que veía, pronto se le escapó un leve gemido, ya no podía aguantar más —Be-bésame...

¿Había escuchado bien? Pasó sus manos en su espalda y se acercó lo más que pudo. Sus respiraciones y labios se sintieron, este sueño parecía imposible. Sus labios se unieron apenas, probó sus sedosos pares rellenos moverse tímidamente en los suyos.

Se sentía realmente bien ser besado, era la primera vez por lo que ni siquiera sabía dónde colocar las manos o la cabeza, afortunadamente las manos de Namjoon tomaron las suyas para que las subiera en su cuello mientras que él las colocaba en su cintura —¿Estás seguro de continuar? — el alfa le mencionó al separarse levemente para acomodarlo, asintió y abrió los labios dejando que la lengua del castaño se enredara de poco con la suya, quiso gemir por lo bien que sentía. Su cuerpo empezó a ser depositado en la cama, su vientre se calentó queriendo que el alfa lo tomara en ese instante importándole poco las consecuencias, sus manos bajaron por la camisa para desabrocharlos, mientras que los labios de Namjoon succionaban la piel de su cuello.

—Espera Jin... —dejó de besarlo viendo sus rellenos labios más rojos que nunca queriendo besarlo de nuevo —No tendré sexo contigo...

Era claro que no iba a suceder se sentía estúpido y humillado, bajo la mirada avergonzado queriendo que la tierra se lo tragara —Lo siento...

—Jin mírame —tal vez estaba equivocado, pero debía de intentarlo. Tomó su mentón ante la mirada de su esposo, al hacerlo vio sus ojos rojos a punto de llorar —No lo haré en tu estado de celo, eso sería aprovecharme de ti. No voy hacer algo que siempre quise en una noche cualquiera, quiero que sea especial contigo —las lágrimas del chico se escaparon en sus mejillas —Si no fueras mi amigo te hubiera hecho mi omega. No eres mi amigo ahora, sino mi esposo, solo mío. Siempre te he amado, no como amigo... ¿Tu sientes lo mismo Jinnie? —acarició su mejilla esperando su respuesta.

Asintió con sus ojos siendo un desastre —No es justo... ¿Por qué esperaste mucho? —golpeó su brazo ligeramente —Yo-yo te amo Nam, siempre lo he hecho... —los labios del alfa se movieron en él después de pronunciar esas escasas palabras, el beso era tan suave como la primera vez, pero diferente porque ahora sabían lo que sentían el uno por el otro.

¿Qué somos? (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora