Esta será una actualización doble, así que cuando termines de este capítulo puedes enseguida leer el siguiente que será la segunda parte, les advierto que sucederán cosas que a lo mejor no se estaban esperando pero, eran necesarias en la historia para seguir desarrollando la trama justo cómo está en mi cabezita, espero que no me maten, ahora si pueden comenzar.
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Estaba enloqueciendo debido al estrés.
Tenía tantas cosas acumuladas en la cabeza que podía sentirla casi a punto de explotar. Parciales, nuevos libros que debía comprar, problemas con algunas materias, tareas hasta la coronilla y por si fuera poco, ¡Hoy era el cumpleaños de Azriel!
¿Debería estar feliz? Claro.
Lo estaría de no haber sido porque a Grace se le ocurrió la brillante idea de decírmelo a último momento. Tuve que tomar un taxi hasta el centro comercial más cercano luego de salir de la universidad, anduve como loca por todas las tiendas tratando de encontrar algo que le gustase. Luego de haber tardado un largo tiempo en decidirme que comprarle, encontré algo que llamó de inmediato mi atención.
Al llegar a casa entré a mi habitación y saqué con cuidado la pequeña cajita plateada con destellos azules de mi cartera, la puse sobre mi escritorio, tomé una pluma y una hoja de papel a la vez que tomaba asiento, apoyé mis codos sobre la mesa y respirando profundo comencé a escribir:
¿Te has sentido solo alguna vez? Porque yo sí, me sentí sola la mayor parte de mi vida, aún cuando tenía a un sin número de personas a mi alrededor, me sentía vacía, pero, ¿sabes algo? ahora es distinto, desde que te conocí todo ha cambiado en mi vida, aveces me gusta mirar al cielo por las noches y deleitarme con la brillante luz que irradia la luna, nunca imaginé que yo haría algo como eso, pero descubrí que me gusta mirarla, la luna me hace pensar en ti, su brillo es similar al de tu mirada, mírala, te aseguro que te enamorarás de ella tanto como yo lo estoy de tus ojos, y de ser cierto que Dios creó los cielos y la tierra, agradécele de mi parte por haber creado la luna, porque cuando la miro te siento cerca, aunque sé que no estás lejos, quizás no esperabas estás palabras de mi, pueda que sea una sorpresa para ti, pero es algo que ya no podía seguir guardando para mí misma, atesora este pequeño detalle, para cuando lo mires colgando de tu muñeca, pienses en mi.
