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Azriel
Debía comenzar, estaban todos los jóvenes esperando que subiera al escenario y empezara a predicar el mensaje de hoy, sin embargo miraba mi reloj constantemente y luego volteaba la mirada hacia la entrada, ansioso, esperando que ella llegara junto a Grace.
Por alguna razón me sentía nervioso hoy, no podía comprenderlo, había algo en ella que era especial, ese brillo en sus ojos, esa ingenuidad con la que intentaba entender la palabra de Dios me había motivado a conocerla, y si estaba dentro de la voluntad de Dios enseñarle su palabra, quería hacerlo con gusto.
Ni siquiera podía entender el porqué de mi repentino nerviosismo, quizás solo era producto de mi ansiedad por verla llegar. Solía pasarme con las personas nuevas que se unían a la congregación, era tanta mi emoción por enseñarles que me ponía nervioso a la hora de dar el mensaje, sin embargo hoy sentía algo distinto.
—¿Pasa algo?
Alcé la mirada al escuchar aquella reconocida voz junto a mi, Sarah estaba mirándome confundida, probablemente preguntándose porque todavía estaba sentado y no parado frente a todos.
—Solo cinco minutos más. —Le pedí volviendo mi vista hacia la entrada por tercera vez.
—¿Desde cuándo esperamos a Grace para comenzar? —Preguntó en un susurro, pidiéndome una explicación con la mirada.
Su ceño estaba fruncido, intentando descifrar lo que estaba pasando por mi cabeza en este momento, como solía hacerlo cuando no lograba entender mis acciones.
—Grace vendrá con Elena, y me interesa que ella escuche el mensaje desde el principio.
Imaginé que ella sonreiría, y se emocionaría al igual que yo porque Elena vendría a la iglesia luego de lo ocurrido la última vez, sin embargo su rostro solo mostraba lo confundida que estaba por mi repentina respuesta, como si de alguna manera no estuviese de acuerdo conmigo.
—¿No has comenzado el culto por ella?
El tono de voz con el que realizó la pregunta me tomó por sorpresa, incorporé mejor mi cuerpo en el asiento dispuesto a preguntarle que le pasaba hoy, porque ella regularmente no tenía este tipo de actitud, sin embargo una chica de pelo castaño se dirigía hacia mi junto a Grace logrando capturar toda mi atención y por alguna desconocida razón mi nerviosismo aumentó.
—Lamentó haber llegado tarde, ¿Aún no han comenzado? —Preguntó Grace confundida mirándome fijamente.
—Estábamos esperándolas. —Respondió Sarah mirando fijamente a Elena, con aquel tono de voz que estaba empezando a inquietarme.