|Capítulo 42|

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Elena

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Elena


Estaba nerviosa, y no entendía porqué.

Había compartido con Leah innumerable veces, su carisma y alegría me hacían sentir confiada, tranquila. Pasar tiempo con ella era agradable.

Pero hoy en su aura había algo distinto, no entendía si era por la ausencia de su marido o de Azriel, por el hecho de que se sentía sola o porqué algo más estaba ocurriéndole, pero se notaba triste, un tanto apagada como nunca antes la había visto, y fue inevitable para mi no sentir que Grace y yo habíamos escogido el día equivocado para venir a visitarla.

Quería preguntarle qué le pasaba, me carcomía la curiosidad y al mismo tiempo tenía la esperanza de que si me contaba alguna cosa, yo tendría una buena respuesta para hacerla sentir mejor, así como ella siempre hacía conmigo.

No pasó mucho tiempo para que Grace rompiera el silencio, librándome de hacer la pregunta que salió de sus labios.

—¿Está todo bien Leah?

La mujer quien se encontraba ensimismada tejiendo lo que parecía ser un pañuelo dirigió la vista hacia nuestra presencia en la sala de estar.

Sus rostro ahora apenado recobró un poco de brillo.

—Lo siento chicas, no quise ausentarme estando presente, estos últimos días he estado pensando demasiado.

Tras un largo suspiro se puso de pie.

—¿Les apetece hacer galletas de avena?

Preguntó en un intento de sonar más animada, esforzándose con amabilidad para no hacernos sentir incómodas ante su triste semblante.

—Nos gustaría más ayudarte, así como siempre nos ayudas a nosotras, si algo sucede nos gustaría animarte.

Leah sonríe agradecida ante las palabras de Grace, y yo solo asiento estando de acuerdo, manteniendo la misma postura en el sofá.

Descubriendo el amor © (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora