Elena
Mis manos tiemblan mientras sostengo el teléfono de Azriel. Siento que todo da vueltas de repente y un nudo doloroso crece en mi estomago, revolviéndolo, provocando en mí unas ganas enormes de vomitar. No soy capaz de dejar de mirar la foto de aquella chica en la pantalla, a pesar de que estoy apunto de entrar en pánico.¿Cómo era esto posible? ¿Acaso estaba enloqueciendo?
Siempre me consideré una persona realista, mis teorías acerca de cualquier acontecimiento siempre iban apoyadas a la lógica, jamás estuve de acuerdo con las historias paranormales que mis antiguas amigas solían contar en las pijamadas que preparábamos cada fin de semana. Me burlaba de sus anécdotas e intentaba destruir cualquier rastro de credibilidad que ellas quisieran acreditar.
Pero ahora mi percepción había cambiado de golpe, de la manera más aterradora que existe.
—¿Estás segura de que esa es la chica que te ayudó aquella noche?
Escucho la voz de Azriel lejos, aún cuando está a pocos centímetros a mi lado. Asiento y niego al mismo tiempo como si mis sentidos estuviesen tan confusos como esta situación tan absurda y escalofriante. Azriel había conseguido una foto de la hermana de Ashley, la chica que me había salvado la vida aquella noche, y que dicho sea de paso había muerto ya hace dos años.
Esta situación no me hacía sentir los pelos de punta, me hacía sentir algo más fuerte que eso. Tenía demasiadas preguntas sin respuestas, demasiada confusión, frustración y miedo al mismo tiempo. Cuando soy capaz de volver a respirar, le entrego el teléfono a Azriel con la visión nublada, con deseos de salir corriendo del estacionamiento de la universidad e irme lejos a meditar detenidamente la situación.
¿Porqué me estaba sucediendo esto a mí? ¿Qué hice para que un espíritu o lo que sea que haya sido esa cosa, se me presentará específicamente a mí?
—E-esto...es...imposible—Logro pronunciar con la voz entrecortada debido al terror que la situación me causa.
Me doy la vuelta con rapidez intentando alejarme de Azriel, lo único que necesito en este momento es estar sola para analizar detenidamente si es que estoy perdiendo la cabeza. Siento su agarre tan rápido como un rayo, me gira hacia él y sin decir nada, me abraza.
ESTÁS LEYENDO
Descubriendo el amor © (Borrador)
Romance❝Dios nunca cierra una puerta sin abrir otra, pero tienes que estar dispuesto a entrar por ella.❞ (Apta para jóvenes de 15 años en adelante). ⇩