Terminé aceptando la invitación de Grace luego de haberme insistido mas de ocho veces para que fuéramos a comer a su restaurante favorito después de la universidad. Me mantuve en silencio la mayor parte del tiempo aunque era difícil hacerlo ya que no paraba de hablar y entablar conversación, estaba empeñada en crear un lazo de confianza entre las dos.
—¿Porqué no te has quitado esos lentes? —Preguntó curiosa.
Esta mañana había optado por ponerme unos lentes oscuros para esconder las bolsas negras debajo de mis ojos y la hinchazón que tenían estos debido a todo el largo tiempo que permanecí llorando la noche anterior.
—Porque me gustan Grace —Respondí con fastidio, —¿No te cansas de hacer tantas preguntas? —Le cuestioné, acomodándome en la silla del restaurante.
Grace resopló resignada y volvió a fijar la mirada en el menú que sostenía en las manos.
—Solo quiero ser amigable contigo.
Justo en ese momento recordé los mensajes que había leído la noche anterior de mis supuestos amigos, la manera tan obvia en la que se burlaban de lo que estaba sucediéndome, la frialdad e ironía de sus palabras, ellos me tenían lástima, al igual que Grace.
—¿Acaso te he pedido tu lástima? —Le pregunté alzando un poco la voz, haciendo que ella me mirase con desconcierto.
—Elena por favor baja la voz —Me pidió en susurros mirando hacia todos lados, procurando que nadie nos estuviera mirando extraño —¿De qué lastima hablas? ¿Qué te sucede? —Preguntó confundida.
Me quité los lentes haciendo que ésta abriera los ojos aún más, pero esta vez su expresión no fue de asombro sino de preocupación.
—¡Por Dios! tienes los ojos muy hinchados,
¿Estuviste llorando? —Exclamó tratando de moderar su tono de voz.Dudé un poco entre sí contarle o no a Grace lo que estaba sucediéndome, pero necesitaba hablarlo con alguien que no fuese la abuela, así que opté por desahogarme un poco.
—Si Grace, estuve llorando. —Le confesé bajando la mirada.
Grace se paró de su silla e inmediatamente tomó asiento a mi lado.
—Elena cualquier cosa que esté sucediéndote puedes hablarlo conmigo, te prometo que solo intentaré ayudar. —Declaró tomando una de mis manos, tratando de brindarme apoyo.
Vaya que la chica era confianzuda, en otra ocasión la hubiese humillado diciéndole que no me tocara, que ella no estaba a mi nivel para hacerlo, pero sin duda ya no era la misma de antes, no me quedaba nada de lo que antes fuí.
—Grace, yo solía tenerlo todo, no me faltaba absolutamente nada, —Inicié—Si había algo que sobraba en mi vida era el dinero, pero de repente en cuestiones de segundos todo aquello cambió, mi padre poco a poco fue cometiendo errores hasta que logró hacernos quedar en banca rota, yo fui la que salió mas perjudicada, estaba tan acostumbrada a mi vida, pero me la arrancaron sin piedad, obligándome a estar aquí en un lugar donde no pertenezco, donde no me siento yo misma, donde no me siento cómoda y lo peor de todo es que mis supuestos amigos los que creí que estarían conmigo en las buenas y en las malas como ellos solían decir, fueron los primeros en tomar ventaja de la situación para burlarse e inventar rumores sobre mi, incluso me subieron a una página de chismes en internet, tuve que borrar mis redes sociales y bloquearlos a todos de mis contactos pero, ¿Sabes que es lo que me causa más gracia? —Le cuestioné con amargura, pero ella no dijo nada, solo me observaba con determinación.
—Que antes yo solía burlarme de las personas a las que subían en aquella página, y ahora fui yo quién termino allí. —Finalicé.
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Descubriendo el amor © (Borrador)
Romantizm❝Dios nunca cierra una puerta sin abrir otra, pero tienes que estar dispuesto a entrar por ella.❞ (Apta para jóvenes de 15 años en adelante). ⇩