13. SU SONRISA.

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[Narra Kageyama]

Después del ajetreo de esta tarde, lleve a Nao a su casa, y luego me dirigí a la mía. Al llegar mi madre me preguntó si cenaría y yo negué, la verdad no tenía ánimos de nada. La presencia de la exnovia de Hinata me tenía enojado, molesto, triste.

Saber que Hinata tuvo novia, me sorprendió, pero darme cuenta de que lo conoce mucho mejor que yo y que tienen un fuerte lazo, provocó un dolor en mi pecho. Por otro lado tener a Nao y Hinata en el mismo lugar, hizo que me diera cuenta de tienen muchas cosas en común, más de lo que creía.

Debo admitir que me acerque a Nao por su parecido a Hinata, pero no esperaba darme cuenta de que en realidad es él quién me gusta y no Nao. No sé cómo voy actuar de ahora en adelante, pero de algo estoy seguro, no perderé a Hinata.

Lunes por la mañana, era momento de que Hinata y Kageyama se alistaran para la escuela, todo en su rutina iba normal. Kageyama estaba dispuesto acercarse de nuevo a Hinata y a provocarlo de manera que este terminara por confesarle sus sentimientos, era consciente de lo que su sola presencia provocaba en él, además que tenía pocos días para lograr lo, pues las vacaciones de invierno se aproximaban y no lo vería por un tiempo; sin embargo las cosas no resultaría como él quería.

- ¡Shoyo!, ya terminaste tu entrenamiento.

- Sí, pero Nagisa ¿Qué haces aquí? ¿estuviste durante toda la práctica?

- Claro, aún recuerdo cuando de niños solíamos jugar voleibol; saltar siempre ha sido tu fuerte y me encanta verte jugar – dijo Nagisa, dándole un fuerte abrazo.

- ¡Hey!, pequeños tortolos, creo que se olvidan de que estamos aquí – dijo Nishioya, mientras que Kageyama solo veía con cara de pocos amigos a Nagisa y Tsukishima se percató de ello.

- No somos tortolos, Nishioya-sempai –dijo Hinata.

- Aún, pero durante las vacaciones pueden pasar muchas cosas – dijo Nagisa con cierta sonrisa pícara en su rostro y mirando a Kageyama- en fin, vine para que fuéramos juntos a tu casa, o ya se te olvido que le prometí a tu madre que cenaría con ustedes.

- Ah claro, también le prometiste a Natsu que te quedarías a dormir con ella. Bueno, solo deja que ayude a los demás a recoger, me cambio y nos vamos.

- No te preocupes Hinata, ya puedes irte- dijo Ennoshita- nosotros nos encargamos, además a una dama no se le hace esperar.

- ¡Gracias, capitán! – dijeron a unisón, Hinata y Nagisa.

Mientras Hinata estaba cambiándose en los vestidores, Nagisa esperaba fuera de ellos, fue entonces, que vio salir a Kageyama del gimnasio y se encaminaba en su dirección, antes de que él pudiera subir las escaleras, ella lo detuvo.

- Espero que no te interfieras.

- ¿perdón?

- Me temo que es demasiado tarde, para que pretendas recuperar a Shoyo. ¡Ah no!, espera, no se puede recuperar algo que nunca se tuvo, lo siento.

-  No sé, de que rayos, estás hablando.

- Bien, lo diré de otra forma. Regrese por Shoyo, no estoy dispuesta a permitir que alguién que no está dispuesto a darlo todo por él, se interponga en mi camino – en ese instante sale Hinata.

- Listo, ya podemos irnos.

- ¡Perfecto!, estoy emocionada con probar de nuevo la comida de tu mamá.

- Probablemente haga tu comida favorita, después de todo, siempre te tuvo un gran cariño.

- Nos vemos Kageyama – dijo Nagisa.

- Hasta mañana Bakayama – dijo Hinata, y sin esperar respuesta, se fueron.
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No puede ser posible, en estas últimas semanas, no he podido estar cerca de Hinata, durante los entrenamientos matutinos, práctica sus recepciones y saques, durante los almuerzos tengo que estar con Nao, mientras él está con Yachi y por las tardes, aparece su ex novia, no se le despega.

Para colmo, el día de hoy esta ayudando con los preparativos de la fiesta de navidad, donde ambos club's de voleibol, decidieron fusionarse; pero en fin ese no es el problema. Lo que me molesta es que ella esté pegada a Hinata y que a pesar de que ella no es parte de club, la hayan invitado.

No se cuánto más voy a tolerar, no soporto verla cerca de él, pero lo que más me duele, es su sonrisa, una sonrisa que solo ella puede provocar en él.

VUELTAS DE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora