23. TOMANDO DECISIONES.

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El campamento fue bastante productivo para todos lo equipos. Incluso para Kageyama, quién a pesar de su mal humor, logró concentrarse y mejorar sus habilidades. Ansiaba el día de su regreso a Miyagi. Pues aún tendrían 2 semanas de vacaciones, antes de regresar a clases; sin contar que necesitaba ver a su pequeño de cabello naranja. Pero el susodicho, no tenia el mismo clamor.

– Ukai-sensei, necesitó hacerle una petición.
– Dime pequeño.
– Puede extender mi entrenamiento, por dos semanas más, ¿por favor?
– No me importaría, pero, ¿estas seguro? Creó que deberías descansar y disfrutar las últimas semanas con tus amigos.
– ¡Por favor! — decía mientras se inclinaba — lo que más deseo en este momento, es dominar mi nuevo remate.
– ¿ Aún insistirás con ello? Creí a verte dicho, que lo olvidarás. Si continúas en ello podrías lesionarte y no volver a jugar.
– Se los riesgos, pero es la única manera en la que ya no dependeré de él en la cancha.
– Esta bien. Hablaré con mi nieto, pero si noto que algo anda mal. Te regreso a casa.
– Sí, gracias.

Llegado el día de regresar a casa, se despidieron de sus amigos y rivales. Todos estaban muy contentos por los resultados obtenidos, pero la felicidad del capitán del Karasuno, se debía a que pronto vería a su enano; desde aquella tarde en su casa, donde su amado lo llevo al cielo, no había podido quitarlo de su cabeza y ansiaba poder atrapar esos labios traviesos. Tobio estaba seguro que él estaría ahí, en la escuela, esperandolo; tal fue su decepción al llegar y no encontrarlo.

– Ukai-san, ¿Hinata tardará en llegar?
– No. Su entrenamiento se extendió. Me temo que lo verán hasta que las clases inicien. Bueno últimas indicaciones, mantengan su cuerpo en forma, pero no exageren. ¿Entendido?
– Sí — respondieron a unísono

Las dos semanas de vacaciones pasaron de manera lenta para el setter, esperaba que al menos recibiera un mensaje de él, pero no fue así.
Por otro lado para el rematador central, los días pasaban como agua, derramando lágrimas, por la frustración de no lograr su objetivo y por el dolor que aun lo embargaba desde la ultima vez que vio a Kageyama; necesitaba despejarse de eso, pronto regresaría a Miyagi y por ende lo vería a él.

[Narra Hinata]
No puedo seguir así, pero no quiero dejarlo. Deseo que lo nuestro funcioné, no estoy listo para olvidarme de él — se decía a si mismo, mientras lágrimas recorrían sus mejillas.
– No sé cuales son tus problemas y no te obligaré a contármelos. Pero no puedo seguir permitiendo que lastimes tu brazo, te lo dije, si algo andaba mal, tendrías que parar.
Sensei, yo estoy bien aún...
Si lo que te preocupa es regresar. Puedes quedarte hasta que terminen las vacaciones y ordenes tus pensamientos. Pero el entrenamiento termina hoy.
Sensei yo...
Solo desahogate y piensa. Los problemas no duran por siempre, solo son malos momentos. Quedo claro Hinata.
, gracias sensei.

Así transcurrieron el resto de las vacaciones. Shouyo logro recuperar un poco de su ánimo, y poner orden sus prioridades. Después de todo, a su regreso, el equipo tenia que prepararse para el torneo de otoño y pensar en sus opciones universitarias.

Llegado el regreso a clases. Los integrantes del equipo llegaban uno a uno, para comenzar con la práctica matutina. A pesar de que Kageyama, ya no se ensañaba con los novatos, ellos aún le temían. Así que en cuanto lo vieron llegar se retiraron de los vestidores y corrieron al gimnasio.

VUELTAS DE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora